Mientras Estados Unidos marca la millonésima muerte por la pandemia de Covid, los ciudadanos intentan cambiar su relación con la muerte, ahora quieren verla como algo más cercano, pero la definición no cambia el sablazo, los funerales no salen en un ojo de la cara, cuestan los dos.
Desde el 2016 a la fecha, según la Asociación de Cremación de América del Norte ( CANA ), el proceso de cremación superó al del entierro, durante la pandemia estos números continuaron cambiando y actualmente el 55% de los fallecidos es incinerado.
Lo que también cambia es la decisión de los dolientes al saber que su familiar ha quedado hecho polvo; y ahí es donde entra el ingenio de aquellos que viven de la muerte; por ejemplo en Estados Unidos, ya se ofrece un paquete (como si fueran hamburguesas y papas en restaurante de cómida rápida ), que promete convertir las cenizas del que pasó a mejor vida, en un diamante o alguna otra pieza de joyería.
El negocio no es nuevo, la primera patente para crear joyas a partir de restos humanos apareció hace 20 años; y desde entonces a la fecha los precios han cambiado.
Hoy por hoy los costos del proceso inician en 3 mil dólares, poquito más del equivalente a 60 mil pesos; en Estados Unidos las empresas que ofrecen el servicio asegurán que el precio se mantiene por debajo del promedio de un funeral común, con la diferencia de que el resultado final es completamente distinto.
En uno los restos del muertito se quedan quietecitos en un nicho... en el otro su viaje no termina, porque lo andan paseando de aquí para allá en forma de diamante, collar o pulsera.
Adelle Archer / Presidenta y fundadora de “Eterneva”
Si nuestro cliente quiere hacer un color, podemos hacer cualquier color. Mucha gente hará cosas que les recuerden a sus seres queridos. Entonces, si tuvieran ojos azules, ya sabes, harían un azul o tal vez un verde. Y luego también podemos ayudarlos a dejarlos listo. La mayoría de la gente hace anillos o collares.

Por Covid, en México los gastos funerarios registran la mayor alza en 10 años
Aunque para algunos el Covid representó el dolor de partir sin poder despedirse de los suyos o de morir sin recibir atención médica adecuada, para otros la crisis se convirtió en una oportunidad.
Las autoridades repitieron una y otra vez que la pandemia no tendría que ser pretexto para abusos, pero en México algunas veces parece que las frases se entienden al revés, y lo primero que hicieron las funerarias fue elevar los precios.
Entre 15 mil y 20 mil pesos fue el precio promedio de los crematorios establecidos, aunque ante la demanda, que en los peores meses de la pandemia creció hasta rozar el 100%, hubo familias que tuvieron que desembolsar alrededor de 50 mil.
Buscapies...
Morirse en tiempos de Covid mandó por los cielos los costos por una cremación, sin ceremonia de por medio, sin lágrimas llenando los vasos de café frío, sin el adiós que le dobla las piernas hasta al más fuerte, cuando ve partir encerrado en un féretro, al pariente o al amigo que ya nunca volverá.
Donde unos ven crisis otros ven oportunidad...
Donde unos ven chance de ayudar, otros no pierden la oportunidad de fregar.