Desde que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se convirtió en presidente de México en diciembre del 2018, el avión presidencial ha estado a la venta. Todavía no ha encontrado un comprador o arrendatario en el mercado mundial de la aviación.
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La última decisión del mandatario fue hacer una rifa a través de la Lotería Nacional, la cual también se ve afectada por las restricciones legales, los impuestos y los costos de mantenimiento relacionados con la transferencia de la aeronave a los ciudadanos.
El gobierno mexicano se ha encontrado varios factores, los cuales ya se sabían desde el 2015 cuando se ordenó un estudio del avión presidencial. El gobierno de Enrique Peña Nieto exploró cuánto se podría obtener al deshacerse del avión, que fue criticado por su alto costo.
Ahora, de acuerdo con la política de austeridad de López Obrador, la aeronave ha estado en tierra por más de un año, esperando alentar a los compradores a adquirirlo, pero son varios los factores que influyen para que la venta se complique.
- Avión de pruebas
Desde que salió de la fábrica, el N787ZA en ese momento era un avión “especial”. Boeing utilizó el avión como parte de su “flota de prueba” 787 Dreamliner, uno de los desarrollos más significativos a fines de la década de los 2000.
Los aviones de prueba se someten a arduos test para conocer los límites operativos, como el frenado, la resistencia, la autonomía, la detección, el manejo de fallas y el rendimiento en condiciones extremas.
- Demasiado personalizado
Desde que inició la campaña de Andrés Manuel López Obrador para llegar a la presidencia de México, prometió que se haría cargo de vender el avión que lleva por nombre “José María Morelos y Pavón”, especialmente por la indignación que la compra de este transporte causó en el país, tomando en cuenta la pobreza que hay.
- Las aerolíneas no lo quieren
Aunque podría parecer una excelente opción, el gasto sería demasiado, tomando en cuenta el desembolso para adquirirlo más la inversión que se necesitaría para adaptarlo a un avión de pasajeros.
Ésto tendría un costo extra de 15 millones de dólares y se necesitaría más de año y medio para que se instalen cada uno de los componentes necesarios. Además, las aerolíneas también adquieren varias aeronaves en mejor precio.
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- Aunque sea regalado, cuesta demasiado dinero
Después de tantas trabas en las que ponerlo en venta parecía complicado, AMLO tomó la decisión de rifarlo simbólicamente a través de cachitos de la Lotería Nacional. Sin embargo, si alguien verdaderamente resultara ganador de la aeronave, tendría que invertir al menos cerca de 4 mil dólares al día, tal como se hace actualmente.
