Tras el devastador paso del huracán “Otis”, Acapulco enfrenta un panorama crítico de deterioro urbano y falta de servicios básicos como el agua. El desastre natural reveló carencias estructurales históricas y una gestión pública opaca que mantiene a la ciudad en la incertidumbre.
Empresarios y ciudadanos denuncian la ausencia de obras visibles y una deuda social que se agrava dos años después del huracán. Mientras la infraestructura urbana empeora y fallan los servicios esenciales, la alcaldesa Abelina López Rodríguez se mantiene en el centro de la controversia ante la falta de rendición de cuentas sobre los recursos públicos, lo que ha derivado en denuncias penales.
El huracán “Otis” y su impacto en Acapulco: más que un desastre natural
“En este cuartito vivía, nada quedó”, reflejando las palabras de quienes perdieron sus hogares tras el huracán “Otis”, un fenómeno que desnudó las graves carencias de Acapulco, una ciudad ya en situación crítica antes del desastre. Según el empresario Arturo Javier Nájera, “Nos vino a dar una lección, ya traíamos un pasado como ciudad complicada”.
A casi dos años del huracán, la esperanza de mejora se desvanece: “No lo hemos logrado, al contrario, nos hemos envuelto en regresar más allá del pasado”, agrega Nájera. La crisis se refleja en problemas severos del suministro de agua potable. María señala que “hay fallas de agua muy severas”; Alberto detalla, “tenemos 55 días sin agua, familias hemos comprado hasta tres pipas, casi 4,500 pesos”.
Comerciantes como Alberto se enfrentan meses sin agua, pero con tarifas elevadas: “el recibo llega de 3 mil, 4 mil pesos sin agua y nos los cobran”.
Opacidad gubernamental y acusación de corrupción en Acapulco
La gestión pública es fuertemente cuestionada: “En Acapulco no se ve reflejado ese recurso, no se ven obras”, asegura Nájera. La alcaldesa Abelina López Rodríguez ha sido señalada por negarse a rendir cuentas sobre el Fondo de Infraestructura Social Municipal 2023, con una denuncia penal en la Fiscalía Anticorrupción por la falta de transparencia en el manejo de 898 millones de pesos, reporta el diputado Joaquín Badillo Escamilla.
Aunque el huracán ya pasó, la ciudad sigue en el ojo del huracán político y social: “No hay interés por parte de ella de poder ayudar a los problemas que están sucediendo”, advierte un manifestante. El panorama exige una respuesta integral que no solo reconstruya esencialmente, sino que recupere la confianza ciudadana y la eficacia en la gestión pública.