Talina Fernández murió este miércoles 28 de junio a causa de la leucemia agresiva que padecía. Pese a la vejez, la periodista más querida de México, disfrutaba al máximo la vida a lado de su pareja, una historia de amor quedó grabada para siempre.
La ‘Dama del Buen Decir’, como era conocida por amigos y seguidores, murió a los 78 años de edad tras ser hospitalizada de emergencia la mañana de este mismo miércoles. “Tuvo una enfermedad que surgió muy rápido; no la esperábamos, no la veíamos venir, no supimos cómo degeneró tanto”, reveló su hijo Jorge ‘Coco’ Levy a medios de comunicación.
“Nunca es tarde”, dijo Talina Fernández al anunciar que conoció el amor
A pesar de la pena que embarga al mundo del espectáculo, Talina Fernández confesó que siempre disfrutó hasta el último segundo de su vida. Así lo contaba ante las cámaras luego de encontrar el amor a los 78 años de edad.
En palabras de la ‘Dama del Buen Decir’ nunca es tarde para conocer el amor y conectar con alguien, porque sin importar la edad y profesión “dos almas pueden unir sus caminos”.
La última pareja sentimental de Talina Fernández tenía 80 años de edad, lo conoció gracias a que una sobrina le hizo de cupido y los presentará: “Me dijo: tengo un tío que se muere por conocerte” y yo respondí “pues preséntamelo”. Desde ahí todo fue historia.
¿Cómo era la relación sentimental de Talina Fernández y su último novio?
Según narró la presentadora de televisión y periodista mexicana, su novio fue a conocerla un lunes por la mañana, para el miércoles se frecuentaban cada vez más horas y para el final de la semana ya se encontraban de viaje en Acapulco, Guerrero.
“Nos fuimos solo cuatro días, pero ya no queríamos regresar, fue el principio de todo”, continúo. La ‘Dama del Buen Decir’ describió cuanto amaba pasar el rato a lado de su pareja: ‘leemos, hacemos crucigramas y otras cosas que no se pueden decir en tele’.
Fernández decía que su parte favorita era hacer pijamadas con su amado, porque, '¿qué sigue después de ponerse la ropa de cama? Sigue amarse y amarse y amarse, y si Dios quiere, dormirse”, finalizó.