Siguiendo la misma línea de nuestro futbol, “Jugamos como nunca y perdimos como siempre”. Rayados, tras un partido impecable que rozó en la perfección, Monterrey perdió 2-1 y se va eliminado a manos del Liverpool.
El encuentro comenzó como era de esperarse, Rayados se mantenía replegado y sus jugadores lucían un tanto nerviosos. El Liverpool, sin mayor complicación circulaba la esférica por todo el campo. Esta ventaja rápidamente se capitalizó con la primera anotación de los ingleses a penas en el minuto 11’, tras un pase extraordinario de Mohamed Salah.
Para sorpresa de propios y extraños, el tanto del Liverpool en lugar de hundir a los ‘regiomontanos’ terminó por levantarlos anímicamente. Y es que tras una jugada prefabricada, Jesús Gallardo lanzó un potente disparo que alcanzó a rechazar Allison, pero el balón quedó muerto en el área y Rogelio Funes Mori, con el olfato goleador que lo caracteriza, solamente empujó la esférica para empatar el encuentro.
#ClubWC🏆🇶🇦 #Rayados 1-2 🔴 Liverpool
— Azteca Deportes (@AztecaDeportes) December 18, 2019
¡Se acabó el partido en el Estadio Internacional Jalifa! Monterrey acarició la final y puso en problemas a los Reds de Jürgen Klopp, sin embargo, un gol agónico los sepultó. 💔 ¡Tremendo partido de los Regios! 👏 pic.twitter.com/HYSCnyl9Eo
Con el marcador igualado, los papeles cambiaron drásticamente. Rayados comenzó a presionar, avanzaba líneas, pases filtrados y de larga distancia que culminaron con algunas ocasiones que el guardameta brasileiro tuvo que intervenir. Allison comenzaba a ser crucial para los de Klopp.
Liverpool, por su parte, parecía asfixiado y sometido ante un equipo que les estaba plantando cara. Salah era el único jugador de los ‘Reds’ que seguía buscando los espacios, con pases precisos que desestabilizaban a los de Monterrey, pero Marcelo Barovero también comenzaba a ser factor para continuar con el empate.
El segundo tiempo continuó de la misma forma. Ambos equipos, a su estilo, buscaban el arco rival. Liverpool con base en la posesión del balón, mientras que Monterrey lucía más vertical y preocupaba más a sus rivales. Pues en remates y tiros a portería, los nacionales eran sumamente superiores.
Era tanta la desesperación del técnico alemán, que Sadio Mané y Roberto Firmino ingresaron al campo, con la esperanza de que el ‘poderoso tridente’ calmara las aguas inglesas. Y así fue, a la primera que tuvo el brasileño mandó a guardar la esférica y acabó con los sueños de toda una liga.