Sinaloa bajo el asedio de la violencia: Ocho meses de crisis y dos pequeñas sin vida por fuego cruzado
Sinaloa enfrenta una crisis de violencia sin precedentes, con un aumento de homicidios que se disparó en 8 meses, dejando la trágica pérdida de vidas inocentes.
Sinaloa atraviesa una profunda crisis de violencia que se ha extendido por ocho meses, dejando una estela de muerte y zozobra en la región. La cotidianidad se ha visto gravemente alterada por constantes enfrentamientos, bloqueos carreteros e incendios que han sacudido municipios como Mazatlán, Culiacán, Navolato, Rosario, Elota y Mocorito.
La crudeza de esta situación quedó tristemente evidenciada con la reciente pérdida de vidas de tres policías y las heridas de cuatro más, pero el golpe más doloroso fue el fallecimiento de las pequeñas Alexa y Lady, de 7 y 11 años, alcanzadas por fuego cruzado en la localidad de Vadiñó, Badiraguato.
Sinaloa vive un auge de violencia sin precedentes: Ocho meses de desolación
Ante la escalada de violencia en Badiraguato, las autoridades escolares tomaron la decisión de suspender las clases, una medida que si bien busca proteger a los estudiantes, se percibe como un paliativo ante la magnitud del problema. La normalización de la violencia es una preocupación latente, por lo que resulta crucial comprender la realidad que vive la sociedad sinaloense.
En este contexto, se estableció comunicación con Javier Llausás, coordinador del programa Construyendo Paz en Sinaloa, quien compartió una perspectiva sobre los desafíos y las posibilidades de construir un futuro más seguro para la región.
Desde 2017 hay iniciativas de construcción de paz en Culiacán
Llausás reconoció la complejidad de la situación, pero destacó que desde 2017 se ha trabajado en iniciativas de construcción de paz en Culiacán. En aquel entonces, el Índice de Paz México ubicaba a Sinaloa en el lugar 31 de los estados con menor paz, y Culiacán figuraba entre las 50 ciudades más violentas del mundo.
A pesar del panorama desalentador, se lograron avances significativos. Sinaloa llegó a ocupar el lugar número 13 en homicidios a nivel nacional, ascendiendo desde el puesto 31. Asimismo, Culiacán salió de la lista de las 50 ciudades más violentas durante dos años consecutivos.
Sin embargo, en los últimos cuatro meses del año pasado, se registró un preocupante repunte de la violencia. Al comparar los ocho meses previos con los ocho meses recientes, se observa un incremento alarmante en el número de homicidios en Sinaloa, pasando de 338 a 1166. En Culiacán, la proporción de homicidios se cuadruplicó.
Nueva ola de violencia en SInaloa ya se había vivido en 2010
Esta nueva ola de violencia se asemeja a la crisis vivida en 2010-2011, desencadenada por una fractura interna en el cártel de Sinaloa, un evento que tuvo repercusiones a nivel nacional. Si bien en aquella ocasión Sinaloa logró contener las cifras de homicidios, la actual fractura ha impactado de manera brutal a Culiacán. Las consecuencias económicas también son devastadoras, con el cierre de numerosas empresas y la pérdida estimada de más de 15,000 empleos formales.
Más allá de las cifras, el impacto en la sociedad civil es profundo. El trágico destino de Alexa y Lady ejemplifica cómo la violencia indiscriminada arrebata vidas inocentes. Javier Llausás señaló un aumento significativo en el robo de vehículos en Culiacán, lo que afecta directamente la seguridad y el patrimonio de los ciudadanos. Además, lamentó la pérdida de vidas jóvenes, incluso entre quienes participan en actividades criminales, lo que exige una reflexión profunda sobre las causas y consecuencias de la violencia.
Para Javier Llausás, es fundamental rechazar la normalización de la violencia y fortalecer las instituciones locales, especialmente las policías, que históricamente no han recibido el apoyo adecuado. Subrayó que Culiacán y Sinaloa serán lo que sus ciudadanos e instituciones decidan ser, a través de un trabajo conjunto y constante para fomentar un cambio de actitud y cultura que repudie la violencia. Aunque el panorama actual es sombrío, la necesidad de construir la paz sigue siendo un clamor urgente en Sinaloa.