Carlos reconoce que todo comenzó como un error en medio del abandono y la responsabilidad moral de ayudar a Ana, pero terminó convirtiéndose en el amor más grande de su vida. Asegura que acordó alejarse para que su hermano y Ana reconstruyeran su matrimonio, motivo por el que incluso se casó con otra mujer. Hoy, con un negocio propio y decidido a divorciarse, quiere recuperar a Ana y a su hija Isabel, aunque ella se niega rotundamente a aceptarlo como padre