Si te preguntas por qué tus plantas de interior se marchitan aunque las riegues bien, deberías poner atención a las siguientes 5 razones, las cuales podrían estar saboteando tu ornamento. Puede ser por exceso de luz, problemas propios de la especie, u otras razones. Conoce cuáles son.
¿Por qué se te mueren las plantas de interior?
- Falta de luz adecuada: algunas plantas necesitan luz indirecta intensa o incluso sol directo. Si están en un lugar oscuro o con poca luz, no pueden hacer fotosíntesis correctamente y se debilitan.
- Problemas con el drenaje del sustrato o la maceta: si el agua no drena bien, porque la tierra es muy compacta o la maceta no tiene orificios, se acumula en las raíces. Esto también favorece hongos y pudrición, provocando hojas marchitas.
- Exceso de riego: el exceso de agua satura las raíces y evita que respiren, causando pudrición radicular.
- Plagas o enfermedades: ácaros, cochinillas, pulgones o hongos pueden atacar las hojas y raíces, debilitando la planta.
- Choque ambiental: la temperatura o las corrientes de aire pueden dañar a tus especies.

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5 consejos para que tus plantas de interior no se marchiten y crezcan perfectas
Si notas que tus plantas de interior no están creciendo como debería o las notas marchitas, puedes implementar los siguientes 5 consejos clave para que tus especies ornamentales se mantengan sanas y hermosas:
- Coloca cada planta en el lugar con la luz adecuada: investiga que cantidad de luz necesita cada una de tus plantas. Recuerda que no todas necesitan lo mismo, sino que algunas prefieren luz indirecta brillante, otras soportan sombra parcial, y algunas necesitan sol directo. Investiga las necesidades específicas de cada especie y colócala en el mejor lugar.
- Riega solo cuando la planta lo necesite: antes de regar, toca la tierra con los dedos. Si está seca a unos 2-3 cm de profundidad, es momento de regar. Usa agua a temperatura ambiente y evita encharcar el sustrato.
- Usa un sustrato de calidad y una maceta con buen drenaje: esta acción evitará la pudrición de raíces.
- Cuida la humedad ambiental y evita corrientes de aire: puedes usar un humidificador, agrupar plantas o colocar un plato con agua cerca.
- Abona regularmente en temporada de crecimiento: durante primavera y verano, usa un fertilizante líquido equilibrado.