Existen materiales que pueden desafiar el paso de los años y mantenerse firmes a lo largo del tiempo. Sin embargo, hay un pequeño pueblo mexicano donde parece que el tiempo se detuvo: sus casas están construidas de lodo y continúan resistiendo como si nada cambiara y la Inteligencia Artificial (IA) nos permite identificar en dónde se ubica.
¿Cuál es el pueblo que resiste el paso del tiempo con casas de lodo?
Oxtotitlán, en el estado de Guerrero, es un ejemplo único de arquitectura con lodo. Sus viviendas tradicionales han perdurado por generaciones, mostrando cómo los materiales naturales pueden resistir el paso del tiempo.

Este pequeño pueblo se encuentra a unos 450 km de la Ciudad de México y, aunque su cercanía con la capital podría sugerir modernidad, parece un lugar detenido en el tiempo, donde la historia se mantiene viva.
Las casas permanecen intactas a pesar del paso de los años; construidas con barro y técnicas ancestrales, resisten el clima y el desgaste, demostrando la durabilidad y la riqueza de la arquitectura tradicional mexicana.
Su encanto no solo radica en la solidez de sus viviendas, sino también en la vida cotidiana de quienes mantienen vivas estas tradiciones.
Por otro lado, tal como menciona Deutsche Welle, el barro se perfila como una tendencia del futuro; lo que parecía una simple tradición se ha convertido en una práctica valorada por grandes constructoras, destacando como una forma de edificación sostenible que gana popularidad en todo el mundo.
¿Cómo es la técnica que mantiene en pie estas casas?
La técnica que mantiene en pie las casas de Oxtotitlán se basa principalmente en la construcción con barro y adobe, combinada con métodos ancestrales que se han transmitido de generación en generación.
Esta técnica también se replica en otras zonas del país, como Yecapixtla (Morelos), San José Chichihualtepec (Oaxaca), Tlaquepaque y Tonalá (Jalisco), San Juan Teotihuacán (Estado de México) y Chiapa de Corzo (Chiapas), donde las viviendas tradicionales siguen resistiendo el paso del tiempo.
- Materiales naturales: Se usa barro, arena, agua y a veces paja. La paja actúa como un refuerzo natural que evita que el barro se agriete al secarse.
- Adobe o bloques de barro: El barro se mezcla y se moldea en bloques rectangulares que luego se secan al sol. Estos bloques forman los muros y permiten que la construcción “respire”, evitando humedad y deterioro prematuro.
- Muros gruesos y sólidos: Los muros suelen ser más gruesos que en construcciones modernas, lo que les da estabilidad y aislamiento térmico. Su grosor permite soportar peso y resistir cambios de clima.
- Mantenimiento continuo: Aunque el material es resistente, se realizan retoques periódicos con barro fresco en las grietas o desgaste, lo que permite que las casas se mantengan intactas por décadas o incluso siglos.
- Techos y estructura de soporte: Se combinan vigas de madera con barro, y los techos se diseñan para drenar agua de lluvia, evitando filtraciones que puedan dañar los muros.

¿Qué ventajas tiene la construcción con barro frente a los materiales modernos?
La construcción con barro ofrece en el país una serie de ventajas significativas frente a los materiales modernos como el cemento. Según Construmis, uno de los beneficios más destacados es su capacidad para regular la temperatura interior de las viviendas.
El barro funciona como un aislante térmico natural, conservando el calor en invierno y la frescura en verano, lo que disminuye la necesidad de sistemas de calefacción y refrigeración artificiales.
¡Un reto muy romántico! ¡Así hizo cada equipo su vasija de barro!
Además, este material es resistente al fuego, brindando mayor seguridad y contribuyendo a la longevidad de las viviendas tradicionales.
Esto no solo mejora el confort de quienes habitan estos hogares, sino que también favorece el ahorro energético y la sostenibilidad ambiental.
Su utilización permite construir espacios sólidos y ecológicos, aprovechando recursos locales y técnicas ancestrales que se han transmitido de generación en generación en diversas regiones del país.