El pueblo mexicano donde no circulan los autos y parece sacado de un cuento

Sí existe: el pueblo mexicano donde no circulan los autos y parece sacado de un cuento. Este rincón de México no solo es un paraíso natural, también es un ejemplo de turismo sostenible y vida comunitaria.

En medio de la costa oaxaqueña, escondido entre la selva y el mar, hay un lugar que parece detenido en el tiempo: Mazunte, un Pueblo Mágico donde los autos pasan a segundo plano y el ritmo lo marcan las olas, los pasos lentos y los atardeceres de postal.

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Mazunte se encuentra al sur de Oaxaca, muy cerca de Puerto Ángel y a poco más de una hora de Puerto Escondido. Llegar ahí ya es parte del encanto: el camino entre montañas y vegetación termina en calles sin autos, con aroma a mar y a pan recién horneado.

Este destino tiene raíces zapotecas y un nombre lleno de historia: según algunas versiones, proviene del náhuatl maxotetia, que significa “por favor deposita huevos aquí”, en referencia a las tortugas que llegan a desovar a sus playas.

Hoy, el pueblo mantiene ese espíritu de cuidado con la naturaleza a través del Centro Mexicano de la Tortuga y varios proyectos comunitarios que protegen la biodiversidad local.

Más allá de sus playas ideales para el surf, Mazunte es perfecto para quienes buscan una pausa real. Punta Cometa es su joya espiritual: un rincón donde el mar y el cielo se abrazan en los amaneceres, y donde todavía se realizan rituales guiados por curanderos.

También se pueden visitar el acuario del Centro de la Tortuga, practicar snorkel, relajarse en un temazcal o simplemente perderse en alguna de sus playas como Mermejita o San Agustinillo.

Su gastronomía no se queda atrás: desde caldo de piedra y tamales de iguana, hasta mole negro, chapulines y mezcal artesanal. El postre perfecto lo ponen el pan local y el chocolate oaxaqueño, que siempre saben mejor junto al mar.

Mazunte vibra con celebraciones únicas como el Festival de Jazz, el Festival Nudista o los rituales del Equinoccio de Primavera. También destaca la Fiesta del Santo Patrón de Esquipulas en enero, donde la comunidad se llena de música, pirotecnia y color.

Y sí, en varios de estos eventos se liberan pequeñas tortugas al mar como símbolo de conexión con la vida y la tierra.

Mazunte no es solo un destino turístico: es un espacio donde el tiempo se desacelera, donde la naturaleza guía la rutina y donde cada visitante se convierte, aunque sea por unos días, en parte de una comunidad que eligió vivir distinto.