Hay pocas cosas más frustrantes que sacar la ropa de la lavadora esperando frescura… y encontrar un olor raro, húmedo o derechamente desagradable. Aunque se use suavizante, ese aroma incómodo puede quedarse pegado en las prendas sin importar el esfuerzo. ¿La buena noticia? Tiene explicación.
Expertos en lavandería de Laundry Sauce coinciden en que muchas veces el mal olor no se debe al detergente o al suavizante en sí, sino a errores comunes que solemos cometer en la rutina diaria. Y sí, el problema también puede estar en la lavadora o en el tipo de agua que usamos.
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¿Qué hábitos provocan el mal olor en la ropa limpia?
Uno de los errores más comunes es dejar la ropa húmeda dentro del tambor por mucho tiempo. Ese ambiente cerrado y tibio se convierte en el escenario perfecto para que las bacterias hagan de las suyas. También influye guardar prendas sudadas sin dejarlas respirar antes del lavado.
Otro detalle importante: llenar demasiado la lavadora impide que el agua y el jabón hagan su trabajo de forma eficiente. Y, paradójicamente, usar demasiado detergente también afecta, porque los residuos pueden quedarse atrapados en las fibras.
La falta de ventilación durante el secado o un tambor con residuos de moho son factores que terminan por arruinar hasta el mejor de los suavizantes.
¿Cómo evitar que la ropa huela feo aunque esté recién lavada?
La solución no siempre está en cambiar de marca de jabón. A veces basta con dejar la puerta de la lavadora abierta después de cada uso, lavar con vinagre blanco de vez en cuando, o simplemente no olvidar la ropa mojada toda la noche.
¡Pasarela de moda para verano! ¿Se vale utilizar colores fuertes?
Si el agua de casa es dura o tiene muchos minerales, lo mejor es usar productos pensados para ese tipo de agua. Además, secar bien cada prenda, ya sea al sol o en la secadora, puede marcar la diferencia.
