Durante mucho tiempo, sumergir la cara en hielo fue considerado un remedio casero efectivo para reducir arrugas, inflamación y mejorar la apariencia de la piel. Muchas personas creían que el frío intenso ayudaba a tensar los tejidos faciales y a disminuir las bolsas bajo los ojos, otorgando un aspecto rejuvenecido. Sin embargo, estudios y opiniones recientes de expertos han demostrado que estos beneficios son solo temporales y superficiales, y que la práctica puede incluso causar daños si no se realiza con cuidado. ¿Cuáles pueden ser estas consecuencias?

Una técnica no muy buena
Según National Geographic, expertos en dermatología advierten que la exposición directa al hielo puede causar efectos adversos en la piel. El contacto prolongado con temperaturas extremadamente bajas puede provocar irritación, enrojecimiento, quemaduras por frío y daño en los capilares sanguíneos, especialmente en personas con piel sensible o condiciones preexistentes como rosácea o dermatitis.
Además, el uso inadecuado de estos tratamientos puede alterar la barrera cutánea, aumentando la susceptibilidad a infecciones y otros problemas dermatológicos. Para lograr resultados duraderos y seguros en el cuidado de la piel, los especialistas recomiendan optar por tratamientos respaldados por evidencia científica.
El uso regular de protector solar, una hidratación adecuada, la aplicación de productos con ingredientes activos como retinoides o vitamina C, y la consulta con profesionales dermatológicos son prácticas más efectivas para combatir signos de envejecimiento y mejorar la salud cutánea en general.
El hielo solo para complementar
Aunque el uso de hielo en la piel no es completamente perjudicial si se realiza con precaución y en sesiones muy cortas, no debe considerarse como un tratamiento principal para problemas cutáneos. Si se decide utilizarlo, es esencial consultar con un especialista y tener las precauciones pertinentes.
Otras recomendaciones importantes:
- Evitar aplicar hielo por más de 1-2 minutos seguidos
El contacto prolongado puede causar quemaduras por frío o congelación superficial, dañando la piel y los tejidos subyacentes. - Siempre debe estar envuelto
El contacto directo puede ser demasiado agresivo; el paño actúa como barrera protectora. - Realizar una prueba previa
Antes de aplicar hielo en todo el rostro, probar brevemente en una pequeña zona para evaluar cómo reacciona tu piel. - No usar hielo como sustituto de tratamientos médicos o dermatológicos
El hielo puede aliviar temporalmente, pero no reemplaza un diagnóstico ni tratamiento profesional.