Nichole maneja todos los días una pequeña moto para ir a la escuela, un día tiene que ir con su madre Susana de compras, quiere llevarse la moto con Susana de acompañante, pero ella no quiere. Con ayuda de su padre, Arturo, logran convencerla y se van madre e hija por las compras. De regreso de las compras, un auto se pasa el alto y las embiste; el mismo auto al ver a Susana y Nichole en el piso decide darse a la fuga. Nichole quedará traumada de por vida, pues su madre ha fallecido en el accidente.
Lo Que Callamos Las Mujeres | Nichole: no quiero despertar
Arturo recibe la noticia de inmediato, aunque cuando le avisan del incidente aún no perdía la vida Susana, al paso de las horas en el hospital es enterado de que no se pudo hacer nada por su esposa y que murió. Nichole está destrozada, su madre ya no estará con ella jamás en la vida. A partir de ahora, los días y noches son muy difíciles para Nichole, su padre le pide tranquilizarse para poder encontrar paz, pero Nichole se siente culpable porque ella la “obligó" a subirse a la moto. Por más cosas que hace Arturo, su hija no puede dejar de pensar en su madre.
La media hermana de Nichole, Miriam, trata de ayudarla, sabe que no ha dormido bien y que ha tenido días bastante difíciles, pero Nichole está muy cerrada, incluso se ha vuelto grosera y déspota, además de no acudir a la escuela y dejar que su vida se esté yendo al barranco. Nichole toma diariamente pastillas para dormir, pues es la única forma de no estar pensando en ese momento traumático.
Miriam busca a Arturo, su padre, en su trabajo para poder hablar de Nichole, le preocupa mucho todo lo que está pasando con su hermana. Arturo argumenta que solo es cuestión de tiempo para que Nichole pueda retomar su vida. Arturo parece tomar cartas en el asunto y le da la opción a Nichole de ir a terapia, además de querer hacerla tomar ánimos preguntándole sobre el plan que harán en su cumpleaños, pero Nichole prefiere estar dormida que vivir la nueva realidad que hay en su vida, pues en muchos sueños encuentra a su madre y eso la alivia.
Arturo le organiza a Nichole una fiesta sorpresa pero ella no agradece y lo único que hace es reclamarle a él y a toda su familia por hacer eso. Tiene una actitud a la defensiva y agresiva, agarra el pastel y lo avienta; además, no deja de reclamarle a Miriam por no entenderla, su argumento siempre es que ella sí tiene una madre y no como Nichole que la perdió. Diego, su mejor amigo, también está muy preocupado por lo que le está sucediendo con su amiga.
Nichole está muy mal, se toma en menos de una semana las pastillas para dormir que debieron haberlo durado un mes, se la pasa durmiéndose en cada actividad que realiza, incluyendo las clases de teatro que tanto le gustaban antes de que sucediera ese incidente. En su desesperación, Nichole acude al consultorio de Arturo para robarle medicamentos para poder dormir, hecho que se vuelve cotidiando en su vida. Arturo se da cuenta que Nichole le ha estado mintiendo y que sigue tomándose pastillas a escondidas.
En su desesperación, Nichole acude con unos vendedores de droga de su barrio, lo único que quiere es no sentir el dolor que siente. Ahora está más mal que nunca, las consecuencias las hacen tener una sobredosis que afortunadamente la atienden rápido y eso la hace reflexionar. Nichole se ha dado cuenta de que lo que ha hecho su familia es por su bien, y que lo único que quieren es que ella se recupere. Después de un año de dura rehabilitación, Nichole ha dejado ir a su madre y puede vivir feliz con su padre, su media hermana, la madre de su media hermana y su mejor amigo.
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Lo Que Callamos Las Mujeres| Capítulo | Cintia: ¿Y si no hay mañana?