Verónica Castro es una gran actriz que despegó en el año de 1979 en la telenovela Los Ricos También Lloran, sin embargo, en el 2019 la mexicana anunció su retiro por motivos personales, llevándola a abandonar su carrera.
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Cuando inició su sueño para ser actriz, tuvo demasiadas dificultades; conseguir un papel protagónico en alguna telenovela u obra de teatro le costó 15 años. Siendo la segunda opción para distintas producciones, pues en el pasado se creía que las mujeres que portaban con una gran belleza como Verónica no eran buenas artísticamente.
Fue a finales de la década de los setenta cuando se le ofreció el papel principal para una telenovela; a raíz de eso, su carrera comenzó a crecer de manera positivapositiva, convirtiéndose en actriz, conductora y cantante.
En el 2018, su regreso tuvo un gran impacto en los mexicanos por su participación en la serie de Manolo Caro, La Casa de las Flores, en donde el apellido Castro era el principal atractivo del contenido de la plataforma en la que fue emitida.
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Para la segunda temporada, Verónica Castro decidió ya no seguir participando, y aunque se tuvieron pláticas para que ella se quedará, la mamá de Cristian Castro le aseguró al director que las segundas partes nunca son buenas, por lo que en la segunda temporada ya no vimos el rostro de la actriz.
Su cansancio aumento, pues Castro ya no quería seguir lidiando con la fama y las miles de suposiciones que rondaban alrededor de su vida privada:
Siempre lo había pensado, pero nunca lo había dicho, en diciembre todo el mundo gritaba y hablaban, decían, inventaban y, además, yo pasando por un muy mal momento, porque mi madre que, desgraciadamente sigue enferma, no la he podido sacar adelante y ya es difícil sacarla, sinceramente. Entonces dije: es el momento de mandar todo esto a la fregada. Yo necesito concentrarme en este asunto que, para mí, es mi prioridad.
Para ella, ser famosa trajo más cosas negativas que positivas, las cuales la dejaron con un gran sentimiento de impotencia.
El dinero no sirve, la fama es una porquería, a mí nunca me sirvió para nada, la verdad; la fama no sirve y la lana no interesa.
