El 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, es una de las festividades más importantes de México. Miles de fieles de todo el país se congregan en la Basílica de Guadalupe para rendirle homenaje a la Virgen María. Sin embargo, no todos los mexicanos podrán disfrutar de este día de descanso.
¿El 12 de diciembre es festivo oficial en México?
Según la Ley Federal del Trabajo, el 12 de diciembre no es un día feriado oficial. Esto significa que los empleados deben presentarse a trabajar ese día y recibirán su salario normal.
Sin embargo, algunas empresas y dependencias gubernamentales pueden otorgar el día libre a sus trabajadores, ya sea por su propia voluntad o por acuerdo colectivo.
¿Hay clases en México el Día de la Virgen de Guadalupe?
Según el calendario escolar de la SEP, sí habrá clases el día 12 de diciembre. Esto significa que los estudiantes de todos los niveles educativos, desde preescolar hasta bachillerato, deberán presentarse a clases ese día.
En el ámbito laboral, la situación es similar. La Ley Federal del Trabajo no contempla el 12 de diciembre como un día de descanso obligatorio. Por lo tanto, los empleados deben presentarse a trabajar ese día y recibirán su salario normal.
¿Por qué el 12 de diciembre es el Día de la Virgen de Guadalupe?
De acuerdo con la revista católica, Desde la fe, la elección del 12 de diciembre como fecha de celebración tiene un significado especial. Fue en ese día que la Virgen María dejó su imagen “impresa” en el ayate de Juan Diego, una prenda de tela que los indígenas usaban para cargar objetos. Esta imagen, conocida como la Virgen de Guadalupe, es una de las más veneradas de la cristiandad.
La aparición de la Virgen de Guadalupe tuvo un impacto profundo en la historia de México, pues se convirtió en un símbolo de la lucha por la independencia de México.
En 1828, el Congreso de México declaró el 12 de diciembre como fiesta nacional. Esta decisión fue un reconocimiento a la importancia de la Virgen de Guadalupe para la historia y la cultura del país.
En 1984, el papa Juan Pablo II inició el proceso de beatificación de Juan Diego. En 2002, declaró al 12 de diciembre como día de fiesta continental. También encomendó a la Virgen de Guadalupe la evangelización del continente para el Tercer Milenio. El 31 de julio de 2002, Juan Diego fue declarado santo por el papa. Esta decisión fue un reconocimiento a su vida de fe y servicio a la Iglesia.
