El viernes por la madrugada, un violento operativo migratorio ejecutado en distintos puntos del estado de California dejó como saldo un mexicano muerto: Jaime Alanís, además de al menos 300 personas detenidas en la redada, según organizaciones de derechos humanos y sindicatos agrícolas que documentaron los hechos.
El despliegue de agentes de ICE, personal de Seguridad Nacional y miembros de la Guardia Nacional, fue reportado por testigos como una irrupción “militarizada”, con uso de gas lacrimógeno, balas de goma, cascos, armamento táctico y formaciones de ataque que sorprendieron a trabajadores migrantes en granjas de cultivo legal de marihuana y talleres de carpintería.
Jaime Alanís: un mexicano muerto en el operativo migratorio
Entre los testimonios, la muerte del mexicano Jaime Alanís ha generado gran indignación. De acuerdo con quienes estuvieron en el lugar, fue arrojado al suelo, gaseado dentro de su vehículo y golpeado, lo que le habría causado la muerte. Su familia, actualmente, ha lanzado una colecta para repatriar su cuerpo a México y cubrir los gastos funerarios.
El Sindicato de Trabajadores Agrícolas de California denunció el hecho y exigió una investigación federal independiente. Además, se han difundido videos donde se observa el uso desproporcionado de la fuerza contra personas desarmadas, incluyendo mujeres y menores de edad.
Trump ordena intensificar redadas: un millón de deportaciones como objetivo
La redada forma parte de una nueva fase de la política migratoria de Donald Trump, quien asumió de nuevo la presidencia de Estados Unidos en 2025. Su administración ha instruido a las agencias migratorias a ejecutar operativos masivos con la meta de alcanzar al menos un millón de deportaciones antes de que termine el año.
La Casa Blanca ha defendido la operación, argumentando que responde a la necesidad de “recuperar el control fronterizo y erradicar la migración irregular”, aunque organizaciones civiles y abogados de derechos humanos la califican como una campaña de persecución sistemática.
Protestas y llamados a la desobediencia entre agentes en Los Ángeles
La redada generó una respuesta inmediata en Los Ángeles, donde organizaciones defensoras de derechos humanos se manifestaron frente a oficinas del Departamento de Seguridad Nacional. Durante la protesta, activistas hicieron un llamado directo a agentes de ICE y miembros de la Guardia Nacional, exhortándolos a “no obedecer órdenes que violen los derechos humanos”.
“Cada agente tiene la opción de estar del lado correcto o del lado equivocado de la historia”, señaló uno de los organizadores.
Comunidades migrantes viven con temor y silencio
Los testimonios recogidos tras los operativos revelan miedo generalizado en las comunidades migrantes. Familiares relataron que agentes golpeaban, confiscaban celulares y bloqueaban salidas, tratando a trabajadores como criminales.