Entre audiencias judiciales, litigios, imputados y víctimas, existe un mar de peligros para quienes velan por el Estado de derecho en México. Ser abogado se ha convertido en una profesión de alto riesgo.
Este es el sentir de litigantes como Paola Torres, abogada penalista, quien alza la voz a solo unos metros de donde fue asesinado el abogado David Cohen el pasado 13 de octubre, en plena Ciudad Judicial de la capital. El crimen, ocurrido a la cara de la justicia, es el más reciente recordatorio de la vulnerabilidad que enfrenta el gremio.
“Muchos abogados muchas veces reciben agresiones y amenazas, ya sea por defender causas justas o representar casos sensibles”, lamenta Torres.

Una crisis nacional contra abogados: 168 homicidios
El caso de David Cohen no es un hecho aislado. Según la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (ANADE), 168 abogados litigantes han sido asesinados en los últimos cinco años en México mientras ejercían su profesión.
Los estados que encabezan esta alarmante lista de violencia contra defensores legales son:
- Puebla
- Chihuahua
- Sinaloa
- Guanajuato
- Jalisco
Para expertos como Alberto Woolrich, presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados, esta violencia se ha normalizado.
“Sí hemos tenido conocimiento de algunos decesos ocurridos a compañeros de profesión, pero ya al parecer en esta cuarta transformación de la nación es una constante”.
⚖️🔴 En México, ser abogado ya es una profesión de alto riesgo
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) October 23, 2025
168 litigantes han sido asesinados en los últimos cinco años por ejercer su labor. Entre audiencias y casos sensibles, muchos enfrentan amenazas, agresiones y miedo constante.
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¿Dónde queda el Estado de derecho?
La balanza de la justicia se tambalea. La pregunta que resuena en los pasillos de los juzgados es inevitable: si los propios defensores de derechos no están seguros, ¿qué le espera a las víctimas?
“Sí se necesita que el Estado, a través de los jueces, a través del poder judicial, se logre que esa actividad sea más adecuada con las partes procesales”, exige Carlos Edmundo Cuenca, presidente del Colegio de Derecho Procesal Penal de la UNAM.
La abogada Paola Torres concluye con la reflexión que resume la crisis: el asesinato de un abogado no es solo un crimen más, es un ataque directo al sistema de justicia.
“El defender la justicia hoy en día no debe de ser una labor de alto riesgo, al contrario, debe de ser una tarea protegida y respetada... Si los abogados que somos quienes defendemos la justicia no tenemos ciertas medidas de protección, entonces, ¿dónde se encuentra el Estado de derecho?”.