Asesinato de Abraham González continúa impune; gobierno de Chiapas, en silencio tras tragedia
Asesinato de Abraham González, cajero de Banco Azteca, sigue impune; el gobierno de Chiapas sigue en silencio tras tragedia, mientras tanto, familia sufre su partida.
La violencia no da tregua en México, y el estado de Chiapas, no es la excepción, pues, en días recientes, la clase trabajadora, la que lucha día tras día por llevar el ‘pan a su mesa’ y salir adelante, fue protagonista, una vez más, de esas historias trágicas que manchan de sangre a nuestro país. En medio de la tristeza e inseguridad que azota a la región, pasan los días y aún no hay justicia para los familiares de Abraham González Cerón, gerente de una sucursal de Banco Azteca de la entidad tras su asesinato de forma cobarde por unos asaltantes.
Los días sin Abraham González siguen pasando, y la justicia sigue sin responder
“No va a ver otro como él, muy servicial, muy amigable, muy responsable en su trabajo, amaba su trabajo, y así como él amaba su trabajo, también amaba a la gente”, explicó la señora Martha, madre de Abraham González Cerón.
Dos pequeñas bicicletas permanecen inmóviles en los pasillos del hogar de la familia González Cerón, esperando el regreso de Abraham para rodar por los parques de Tecpatán junto a su niño y niña de 12 y 9 años de edad respectivamente; sin embargo, esto no ocurrirá, pues este es el dolor de la violencia que en Chiapas le dejó a doña Martha, madre de Abraham.
“Fue de niño muy buena gente, hasta que él estuvo a la edad que llegó, a los 32, fue muy muy responsable con sus padres, con sus hermanos”, agregó la madre que perdió a su hijo.
Este sábado, la vida le cambió a esta familia, quienes recuerdan a Abraham siempre dispuesto a ayudar.
“Me tocó platicar con un adulto mayor, cuando ellos abrían la puerta para entrar a su sucursal, él se levantaba, corría”, explicó el padre de la víctima.
El desayuno con doña Martha antes de irse a trabajar no volverá, porque a Abraham no sólo le arrebató la vida, la delincuencia, sino la alegría a la familia, dejando esa silla vacía, ante falta de seguridad en el estado.
“Madre, déjame darte un beso. Dame tu frente y me daba un beso, y le daba su beso, me daba mi beso. Al otro día, madre, ¿Que mi amor? Aquí estoy, ya me voy al trabajo, vengo a darte tu abrazo, sus manos me acariciaban”, explicó la señora Martha.
Su familia sufre una muerte irreparable e insustituible como es la de Abraham, gracias a que el gobierno no cumple con sus funciones y garantiza la seguridad en la entidad, caracterizándose por su ineptitud y silencio permanente ante esta tragedia.
“Cómo me decía, no te quiero ver sufrir, mamá, pero fíjese que sufrí más de verlo, cuando me dieron esta noticia, no quería creerlo como mamá", sentenció la madre afectada.