El caso del asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, tomó un nuevo rumbo este fin de semana luego de que autoridades federales y estatales revelaran elementos que apuntan a una compleja red de reclutamiento, infiltración y traición desde el círculo más cercano del alcalde.

Las investigaciones señalan que Jaciel Antonio, alias “El Pelón”, es una de las figuras clave detrás del reclutamiento de dos menores involucrados en el homicidio: Víctor Manuel Ubaldo, el joven que asesinó a Manzo, y Fernando Josué, quien también participó en el ataque.

El perfil de “El Pelón”: reclutador de menores desde supuestos centros de rehabilitación

De acuerdo con información de autoridades federales, Jaciel Antonio operaba sacando a menores de edad de supuestos centros de rehabilitación para integrarlos a las filas del crimen organizado. Esta línea ha encendido alarmas, ya que su modus operandi habría permitido la captación de adolescentes para utilizarlos como sicarios en operaciones de alto impacto.

Tanto Víctor Manuel como Fernando Josué fueron reclutados bajo este esquema, lo que refuerza la hipótesis de que detrás del homicidio del alcalde hubo una estructura más amplia de manipulación y explotación de menores.

Investigación apunta a traición entre los escoltas de Manzo

Uno de los giros más contundentes del caso surgió al confirmarse que la Guardia Nacional quedó descartada como responsable de alguna falla en el operativo de seguridad. Según el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, fue el propio Manzo quien eligió a los escoltas que conformaban su círculo más cercano.

“Estos escoltas eran su primer círculo de seguridad… ya se descartó que fuera un tema político”, afirmó el mandatario. Las autoridades establecieron que uno de los escoltas habría filtrado información clave sobre los movimientos del alcalde para facilitar el ataque. Esta traición interna explicaría la precisión con la que actuaron los responsables del homicidio.

El director de la Policía de Uruapan, bajo la lupa

Otra revelación impactante fue que Demetrio N, director de la Policía Municipal, habría disparado a quemarropa contra Víctor Manuel Ubaldo ya detenido, utilizando la misma arma con la que se asesinó al alcalde. Además, no permitió que paramédicos brindaran atención al joven, lo que podría configurar un uso excesivo de la fuerza y entorpecimiento de la investigación.

El gobernador confirmó que la Fiscalía de Michoacán ya integró una línea de investigación que involucra a ocho escoltas del primer círculo de seguridad del alcalde. Siete de ellos fueron detenidos; uno permanece prófugo.

Este miércoles se llevará a cabo una audiencia crucial, en la cual se definirá si los escoltas detenidos serán vinculados a proceso por su presunta participación o complicidad en el crimen.