En México, la justicia es a menudo un camino lleno de obstáculos y el caso de Arturo Tovanche es un crudo reflejo de esta realidad. Con 90 años de edad, se ha convertido en el rostro de la impunidad y la burocracia, luchando durante más de cinco años para recuperar la casa que le fue despojada. Su historia, un llamado de auxilio que parece no tener eco, ha sido documentada por Fuerza Informativa Azteca desde 2017.

Un calvario para Arturo Tovanche desde hace cinco años

El despojo de su hogar en 2017 marcó el inicio de un calvario para don Arturo. La interminable lucha contra los invasores lo llevó incluso a vivir en un asilo, lejos de su hogar de toda la vida. A pesar de los esfuerzos, la justicia no llega. El propio Tovanche relata la frustración de ver cómo su caso pasa de mano en mano sin solución.

“No han querido resolver mi problema porque pasó primero por un juez… y luego después otro, y luego después otro, en total pasó cuatro o cinco jueces, y durante ese periodo que estábamos en pleito con estas personas me extrañó mucho que no resolvían las autoridades...”, expresó Arturo Tovanche.

¿Te pueden quitar tu casa en CDMX? La cruda realidad del despojo

Su abogado, Héctor Daniel Solís, ha presentado todas las pruebas necesarias para acreditar la propiedad de don Arturo, pero ni siquiera esto ha sido suficiente para agilizar el proceso.

“Ya acreditamos todo el hecho con documentos, acreditamos la propiedad y que el señor tiene todo lo necesario para acreditar sus cosas...”, señaló Solís.

Don Arturo viajó a la CDMX a pedir ayuda al Gabinete contra Despojos

Ante la desesperación, solo y con dificultades para caminar, don Arturo emprendió un viaje en autobús desde Querétaro hasta el Zócalo de la Ciudad de México. Ahí, en el recién creado Gabinete de Despojo, imploró una vez más por ayuda. Esta instancia reconoce la magnitud del problema de los despojos en la capital del país, que en los últimos cinco meses ha atendido más de 2 mil casos y ha integrado más de 400 expedientes.

A pesar de estas cifras, que evidencian la magnitud del problema, don Arturo se ha convertido en una estadística más. Ha agotado todas las vías legales, pero la esperanza es lo único que lo mantiene en pie.

“Pues yo tengo esperanza, ojalá que ahora sí, porque a lo mejor ya no me alcanza a ver eso...”, manifestó con tristeza.

Fuerza Informativa Azteca solicitó una entrevista con la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México para conocer el estado del caso y los avances de su programa. Sin embargo, después de varios días, no se obtuvo respuesta.

Mientras tanto, Arturo Tovanche sigue esperando. Su lucha es por un “rato de satisfacción”, el de saber que la gente “ratera no se quede con eso”, refiriéndose a su hogar. Un hogar en el que él vivió por más de cinco décadas y su esposa, Luz María (Lulú), toda su vida.

“Cuando me voy a llevar, no me voy a llevar nada, pero por lo menos tener un rato de satisfacción, un rato de satisfacción, que esa gente ratera no se quede con eso...”, concluyó don Arturo, un hombre que anhela, por última vez, ver la justicia prevalecer.