El segundo juicio político contra el expresidente Donald Trump terminó sin una condena, debido a que los demócratas no lograron sumar el voto de suficientes republicanos para declararlo culpable de incitar a la insurrección al Capitolio el 6 de enero pasado.
Un total de 57 senadores lo encontraron culpable y 43 lo hallaron inocente, en total se necesitaban 67 votos para condenarlo.
Después de lograr su absolución en el Senado, Trump emitió un comunicado en el que aseguró que “el movimiento histórico y patriótico para hacer a América grande de nuevo, acaba de empezar”.
Los senadores republicanos que votaron a favor de la condena fueron Richard Burr, por Carolina del Norte; Bill Cassidy, por Louisiana; Susan Collins, por Maine; Lisa Murkowski, por Alaska; Mitt Romney, por Utah; Ben Sasse, por Nebraska; y Pat Toomey por Pensilvania.
Horas antes de anunciar los resultados de esta votación, el Senado acordó prescindir de la presencia de testigos, acto que previamente habían aprobado; en su lugar, optaron por introducir las pruebas de la representante Jaime Herrera Beutler en el expediente.
DEFENSA ACUSABA A DEMÓCRATAS DE LA VIOLENCIA
En sus argumentos finales ante los senadores, la defensa de Trump se refirió a este juicio como el “proceso legal más injusto y más inconstitucional en la historia del Senado estadounidense”.
El abogado Michael van der Veen detalló que el Congreso, por primera vez, había reclamado el derecho de enjuiciar a un estadounidense que ya no ejerce sus funciones presidenciales, sin que dicha posibilidad esté contemplada en el texto de la Constitución de Estados Unidos.
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En contraste, los demócratas aseguraron que el Senado sí podía enjuiciar a Donald Trump por actos inconstitucionales que presuntamente se perpetraron mientras ejercía su presidencia.
La defensa centraba su argumento en que fueron los demócratas y no el expresidente quienes incitaron a la violencia en el Capitolio.