Qué dicen en Washington de la elección de los jueces en México

Estados Unidos no quiere meterse en temas de un país soberano, pero cabe preguntarse si en la Unión Americana quieren “jugar a las canicas” con jueces parciales

¿Qué es lo que más les preocupa en EU sobre la elección judicial en México?
¿Qué es lo que más les preocupa en EU sobre la elección judicial en México?|FIA.

Escrito por: Armando Guzmán

Lo primero que hay que decir es que, en Estados Unidos, nadie entiende lo que México hizo el domingo uno de junio. Primero, desbandando a todo su sistema judicial y después eligiendo a gente sin preparación ni entrenamiento legal adecuado, para administrar justicia en todo el país.

A propósito de la reforma judicial, alguien en Washington me sacudió preguntándome, si los jueces en México serán independientes, y tendrán como única guía a la ley y sus procedimientos. No es que no conocieran la respuesta, pero lo que me sacudió fue que mi amigo estadounidense me dijo... “Después de esta elección, tus paisanos van a tener que convencerme de llevar mis canicas a México para jugar con ellos”.

Me sacudió porque en México necesitamos que sigan llevando sus canicas a jugar con nosotros. Especialmente ahora que Donald Trump abiertamente nos quiere dejar sin canicas con que jugar.

Ahora, en cuanto a mi cuate gringo, lo primero que me gustaría aclarar es que no es que la gente que se ocupa de las relaciones entre México y Estados Unidos quiera inmiscuirse en los asuntos de un país soberano. Pero no advertir que la elección de jueces en México va a tensar las relaciones con Estados Unidos, no sería honesto de su parte. Lo que aún no sabemos es cuánto va a tensarlas.

En EU les preocupa el Estado de derecho en México tras la elección judicial

A los demócratas, los republicanos y los independientes que tienen que ver con la enorme relación entre los dos países honestamente les preocupa que el Estado de derecho y la independencia judicial se hayan perdido en México. Pero eso no es una pérdida total, nos toca a nosotros en México demostrar que están equivocados.

¿Podríamos hacer eso?

Podríamos convencerlos de que las cosas serán mejor de lo que fueron con los otros jueces que mantuvieron siempre un sistema lento, burocrático y corrupto. “Insight Crime” la respetada organización internacional, hizo un estudio a fondo y determinó que en México hay más del 90% de impunidad.

Si a usted no le importa lo que los gringos digan y piensen, deténgase aquí y deje de leerme. Por qué lo que le voy a contar a continuación no lo va a hacer cambiar de opinión. Si usted no se da cuenta de la enorme interdependencia entre los dos países, no va a apreciar lo que le voy a reportar.

Imagínese por un momento que como vecino, socio y compañero de juegos tiene usted a un país en el que no existe ni Independencia Judicial, ni Estado de derecho.

¿Llevaría usted sus canicas a ese juego?

Estados Unidos ha repetido a todos los niveles de su gobierno, y de sus organizaciones civiles y de negocios, su preocupación de que la elección de jueces haga al sistema judicial de la República Mexicana más susceptible a la influencia política y la influencia del crimen organizado.

Un poder judicial politizado naturalmente erosiona la confianza de los inversionistas y genera enorme incertidumbre jurídica. El resultado es que eso podría afectar negativamente el comercio y la inversión entre ambos países.

El secretario de Economía de México y su equipo ya pasan más tiempo en Washington que en la ciudad de México. La explicación es clara y natural. El muy famoso T-MEC, Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá que en cuestión de meses será renegociado con Donald Trump, depende de que los tribunales a todos los niveles, y en todo México, sean independientes, justos y apegados a la ley.

Si nosotros en México nos metimos en una sociedad comercial que obviamente es crucial para la economía, el desarrollo y el futuro de México, debemos tener una mesa limpia en donde todo se resuelva con transparencia. Los empresarios de Estados Unidos y del mundo entero NO se van a sentar a esa mesa a resolver disputas, si saben que esas disputas serán ventiladas y resueltas de una manera injusta y comprada por la parte contraria.

¿Para qué meterse a un país en el que los carteles tendrán más seguridad jurídica que los ciudadanos o los inversionistas extranjeros? No solo eso, las mismas preocupaciones sobre la imparcialidad judicial podrían derivar en disputas comerciales; la razón es elemental.

Un poder judicial corrompido no es más que una garantía de que todo lo demás en la sociedad está podrido. El gobierno actual de México dice que esa podredumbre estuvo en el régimen legal anterior y que eso precisamente se está resolviendo con este enorme cambio de la elección de los jueces.

Lo difícil es que la única forma de demostrar que el cambio es positivo es dándole tiempo. El tiempo al final de cuentas siempre pone todo en su lugar. Si la elección fue un cambio positivo, será cuestión de esperar y ver el resultado de los procedimientos.

  • Esos procedimientos, ¿se agilizarán?
  • ¿Se aplicará el derecho procesal tal y como lo manda la ley?
  • ¿Quién ganará los juicios, los abogados y los fiscales que conocen las leyes?, ¿O, los juicios del futuro los ganarán los abogados y los fiscales que conocen al juez y saben cómo untarle la mano para voltear la ley a su favor?

Francamente, desde el extranjero mucha gente ve a México como un país en el que su sistema judicial ha estado dominado durante décadas por la corrupción, el influyentismo y la impunidad. Así no podemos condenar que a los críticos les preocupe que las elecciones judiciales le abran aún más ampliamente las puertas a la impunidad, la corrupción y la influencia indebida, y peor que todo eso... al crimen organizado.

Si los candidatos fueron tentados por la negociación de intercambiar votos por financiamiento, lo sabremos pronto.

Lo que le quiero informar es que Estados Unidos tiene un gran interés en que México combata la corrupción y el crimen organizado, y que tenga, por tanto, a un poder judicial comprometido con la ley y la justicia.

La preocupación de jueces comprados va más allá. La gran preocupación es que haya una erosión aún mayor a la que ha habido ya en el sistema de pesos y contrapesos:

¿Manipuló Morena, el partido gobernante, la selección y la elección de los jueces?

Esto pronto lo sabremos. El actual gobierno de México ha prometido desde el principio que esta elección hará todo distinto, y la gente desde fuera se pregunta, si esto en el futuro será en verdad distinto a los años en el que el PRI manipuló a su antojo al poder judicial.

Estados Unidos favorece instituciones democráticas sólidas y un equilibrio de poder. Consecuentemente, las preocupaciones sobre la independencia del poder judicial seguramente cuestionarían la trayectoria democrática de México.

En 70 años del PRI nunca hubo independencia judicial. Las dos grandes diferencias es que entonces no había carteles dominando el territorio de muchos estados, ni había tampoco un tratado comercial del que dependieran el valor del peso, el futuro del empleo y el futuro de 130 millones de mexicanos.

Lo que quedó de esta elección son serias dudas acerca de las calificaciones de los candidatos

El proceso electoral pudo darle prioridad al atractivo popular sobre la experiencia y la competencia judicial, lo que podría resultar en jueces menos calificados, menos capaces y por ende, menos justos.

Un poder judicial menos calificado debilita sin duda al Estado de derecho, porque eso resulta en dificultades para las empresas y personas estadounidenses que operan en México.

En resumen, a la gente en Washington le preocupa que las elecciones judiciales de México, si bien tuvieron como objetivo abordar de frente a la corrupción y mejorar la rendición de cuentas, podría ahora tener como consecuencia no deseada, el socavar la independencia judicial, aumentar la corrupción y erosionar el Estado de derecho.

Y perdóneme por repetirme, pero eso afectaría negativamente las relaciones bilaterales entre los dos países. La gente en Washington se preocupa porque eso no les beneficiaria ni a los socios estadounidenses en Estados Unidos y en México, ni a sus socios mexicanos en México y en Estados Unidos.

Ahora ya sabe usted que es lo que dicen quienes manejan el poder en Washington de la elección de jueces en México

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