Dallas.- El gobernador de Texas, Greg Abbott, imploró al presidente Donald Trump que dé marcha atrás a la medida de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, al sostener que tales acciones frenarán el crecimiento de la economía de su estado.
Mediante una carta enviada a Trump, Abbott dijo que la industria del petróleo y gas de la entidad depende de las importaciones de acero especial para pozos, ductos y otros proyectos que han apoyado el auge de la producción en la Cuenca del Pérmico y otros campos de esquisto del oeste de Texas. Abbott advirtió en la carta que los aranceles podrían impedir nuevas inversiones en el campo petrolero, que apenas se está recuperando de una caída de tres años.
“Si las nuevas tarifas continúan elevando el costo de la producción de petróleo y gas”, escribió, “la búsqueda de Estados Unidos para el dominio de la energía global podría verse significativamente obstaculizada”. “Los trabajadores de acero y aluminio de nuestro país son una parte vital de la fuerza de trabajo nacional, y la creación de puestos de trabajo en esa industria debe ser una prioridad”, señalo Abbott en la misiva.
Cabe recordar que Trump anunció aranceles a las importaciones de acero y aluminio a principios de este año, incluyendo a algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, como la Unión Europea, Canadá y México.
La carta de Abbott marca una diferencia con el presidente Trump tras meses de coincidir en casi todos los asuntos de política, especialmente en el de la inmigración. El comercio es un tema que ha marco diferencias entre Abbott y el presidente. Trump ha argumentado en repetidas ocasiones contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que sostiene, beneficia injustamente a los socios de los Estados Unidos a costa suya.
El gobernador en cambio ha hablado en el pasado sobre la necesidad del impulsar el TLCAN para beneficio de la economía de Texas. El comercio de Texas con México superó los 187 mil millones de dólares en 2017. Abbott escribió una carta el 4 de abril a un alto funcionario de la administración argumentando que los elementos del TLCAN eran vitales para Texas.