En Perú, Naomi recibió una multa por ruidos molestos generados por el cacareo de su mascota, Claudio, un gallo. La joven se quiebra al pensar que podría quedarse sin su gallo, un ave de un año tres meses, que ella rescató de un basurero.
La mujer curó al gallo, lo alimentó y lo adoptó. Hoy, el gallo vive junto a la joven y su familia, en una casa multifamiliar. Sin embargo, ante las quejas de algunos vecinos, autoridades le han enviado una multa final a la dueña del gallo.
Naomi, tiene por mascota a un gallo:
Mi gallo llegó en un momento en que yo pasaba por cosas horribles. Mi gallo me hace feliz día a día; cuando canta, cuando vamos a pasear.
En agosto pasado, llegó la primera multa, pero ella argumentó tener todo en regla: sellos de sanidad, firmas de conformidad de los vecinos y pruebas que acreditan que el gallo vive en óptimas condiciones. En diciembre pasado, llegó la segunda multa y en febrero de este año, la tercera, una multa de 920 soles, el equivalente a casi 5 mil pesos mexicanos.
La multa no ha sido pagada, la dueña del gallo es acreedora a un plazo para regularizar la situación. La opción es que conseguir una caja acústica, para que el gallo pueda vivir, sin molestar a los vecinos.
Un gallo se convierte en una gran molestia para vecinos en Perú