Tim Friede, herpetólogo autodidacta y experto en venenos de Wisconsin, ha transformado su cuerpo en un laboratorio viviente. Durante los últimos 18 años, Friede se ha sometido voluntariamente a un régimen que la mayoría consideraría una sentencia de muerte: la autoexposición a las mordeduras de algunas de las serpientes más letales del planeta.
Más de 200 encuentros directos con veneno, según sus propios registros, que incluyen especies como la mamba negra, la taipán, cobras y fer-de-lance, han marcado su piel y, sorprendentemente, fortalecido su sistema inmunológico hasta niveles que desafían la comprensión científica convencional.
El ritual de la aguja y el colmillo
La obsesión de Friede, que él describe como una misión científica autodidacta, comenzó a principios del siglo XXI.
Su objetivo: desarrollar una inmunidad robusta contra una amplia gama ofidiotoxinas y, con ello, contribuir a la creación de un antídoto universal o mejorar los tratamientos existentes contra las mordeduras de serpiente, un problema de salud pública que afecta a millones, especialmente en regiones tropicales y subtropicales.
Tim Friede has been bitten by snakes hundreds of times — often on purpose. Now scientists are studying his blood in hopes of creating a better treatment for snake bites. https://t.co/uZdVyuKpVn
— CBS 8 San Diego (@CBS8) May 4, 2025
Su método, conocido como mitridatismo, implica la introducción gradual de veneno para estimular la producción de anticuerpos.
Friede no solo se inyecta venenos diluidos, sino que también ha soportado mordeduras plenas, documentando meticulosamente cada reacción, cada roce con el colapso anafiláctico y cada victoria de su organismo.
Ha estado al borde de la muerte en múltiples ocasiones; en una de ellas, tras la mordedura de dos cobras, requirió tratamiento intensivo.
La ciencia y sacrificio personal
Su dedicación ha generado escepticismo en amplios sectores de la comunidad científica, que advierten sobre los peligros mortales de la autoinmunización sin supervisión rigurosa y protocolos estandarizados.
— Centivax (@centivax) May 3, 2025
No obstante, su caso también ha atraído la atención. Investigadores como el Dr. Brian Lohse, entonces en la Universidad de Copenhague, han analizado la sangre de Friede, confirmando la presencia de una inusual y potente concentración de anticuerpos.
Estos hallazgos sugieren que su cuerpo efectivamente ha aprendido a neutralizar toxinas que serían fatales para cualquier otra persona.
Sus anticuerpos podrían, en teoría, ser la clave para futuros tratamientos, actualmente es Director de Herpetología en una empresa de biotecnología que desarrolla vacunas de amplio espectro en San Francisco, EU.