Se cumple un año de la guerra Rusia vs. Ucrania. El punto álgido tras un año de conflicto entre ambas naciones fue cuando el 24 de febrero del 2022, Vladimir Putin declaró la guerra a su país vecino, argumentando que estaban “listos para cualquier resultado”.
12 meses después, las tensiones no bajan a pesar de las sanciones internacionales contra los rusos, y del apoyo por parte de varias potencias mundiales a Ucrania.
Pero más allá de un conflicto político, la guerra ha repercutido, primeramente, en los habitantes rusos y ucranianos, que día con día deben estar al tanto del avance militar del país contrario, de los ataques aéreos y de las declaraciones de sus mandatarios.
¿Imaginas la angustia de estar escuchando las alarmas antiaéreas mientras vas por la despensa o rumbo a la escuela?
Más de 15,000 alarmas se han registrado en lo que va de la guerra. Alarmas que, por varias horas, meten en refugios a miles de personas, que por supuesto, no saben cómo van a encontrar sus casas o negocios al salir de ahí.
Además, se han contado 18 mil muertos civiles y más de 13 millones de ucranianos desplazados. Todo en medio de una locura mediática en la que Vladimir Putin ha lanzado amenazas e intentos de intimidaciones a quien esté en su contra.
Y las consecuencias no solo se quedan en esos dos territorios, también repercuten en el resto del mundo y en todos los ámbitos. Por ejemplo, la economía mexicana, de por sí ya golpeada por la pandemia, ha sorteado más obstáculos después del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Aunque ciertamente no hay una relación comercial de gran importancia de México con Rusia y Ucrania, el alza global de los precios es lo que le pega a nuestros bolsillos, sobre todo cuando Europa se aproxima a una cuarta crisis petrolera, ya que 27% del petróleo crudo que utilizan los estados europeos, proviene de Rusia.
Sin duda, este conflicto internacional ha empezado a cambiar el orden global. Porque no solo se trata de que Rusia ocupe algo de territorio ucraniano, sino que la jerarquía mundial está en juego.
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Si Vladimir Putin ganara esta guerra, el orden autócrata tomaría terreno internacional, debilitando a las democracias y dándole una posición bastante cómoda a las dictaduras, que por obvias razones han sido las villanas de la historia.
Por otro lado, si Ucrania respondiera exitosamente a la invasión que está sufriendo, sería un golpe duro al ego y a la autoridad rusa, que podría encontrar su debacle con una rebelión civil; el último clavo en el ataúd de Rusia.
Y aunque estamos viviendo la guerra de manera diferente, casi como si se tratase de un reality en el que 24/7 estamos enterados de lo que pasa con soldados, civiles, mandatarios y periodistas, esto no debe hacernos la piel dura, porque al fin y al cabo estamos hablando de crueldad, abuso y mutilación de la libertad.
Abramos los ojos.
