De acuerdo con autoridades francesas, alrededor de 1,200 encapuchados se unieron a la celebración del 1 de mayo en París para realizar actos vandálicos.
Las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos y chorros de agua a los ataques de los agresores quienes lanzaron bombas incendiarias, quemaron automóviles, rompieron vidrios y dañaron algunas propiedades privadas.
El ministro francés del interior Gérard Collomb condenó severamente los actos de vandalismo y violencia que alteran el orden público.