Luego de que se dio a conocer la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y de Joaquín Guzmán López, las autoridades federales enviaron refuerzos al estado de Sinaloa, territorio dónde se concentraban las operaciones del Cártel de Sinaloa.
Lo anterior, fue una medida preventiva en caso de que el Cártel, el cual lideraba “El Mayo”, así como la facción de “Los Chapitos”, que comandaba Joaquín Guzmán López, tomaran represalias o desataran actos de violencia, tal como ocurrió durante la detención de Ovidio Guzmán y el llamado “ Culiacanazo ”.
Ejército envió a un equipo especial a Culiacán, Sinaloa
En total son 200 miembros de élite del Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército mexicano desplegados en Culiacán. Los agentes fueron llevados en un avión de la Guardia Nacional.
Los militares que fueron enviados forman parte de un grupo de élite caracterizado por la velocidad de despliegue y reacción con gran variedad de material, equipo y adiestramiento.
No se reportan represalias del Cártel de Sinaloa o Los Chapitos
Al momento, no se han reportado olas de violencia o demostraciones de fuerza por parte del también llamado Cártel del Pacífico; sin embargo, continuarán reforzando la seguridad en caso de que la organización criminal debida tomar represalias.
Joaquín Guzmán López habría traicionado a “El Mayo”
Cabe señalar que este jueves se confirmó que las autoridades mexicanas no tuvieron nada que ver en la detención de “El Mayo” Zambada, luego de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden , aclaró que esta operación fue planeada durante meses sin el conocimiento de México.
Además, fuentes del Departamento de Estado informaron a Fuerza Informativa Azteca (FIA) que habría sido el propio Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el que habría engañado a “El Mayo”.
Según las fuentes, Joaquín convenció a Zambada García de tomar un avión para ir a supervisar unas pistas clandestinas al sur de Sinaloa; sin embargo, el piloto dio vuelta para aterrizar en una pista de Texas, Estados Unidos, dónde el FBI ya esperaba para arrestarlos.
Las autoridades estadounidenses ofrecían 16 millones de dólares de recompensa por Ismael Zambada García, mientras que por Guzmán López ofrecían 5 millones.