La nieta de Nicolás Toledo, un mexicano que fue identificado entre las víctimas del tiroteo que se registró en el desfile de Chicago este 4 de julio, conversa con Fuerza Informativa Azteca sobre los momentos de tristeza al enterarse de la muerte de su abuelo.
“Era una llamada que pues nunca creo que me voy a poder olvidar de esa llamada, era una llamada tan horrible, para decirme que habían matado a mi abuelito, y habían balaceado a muchos ahí, aquí en Highland Park donde vivimos”, recuerda Kimberly Rangel, nieta de Nicolás.
Se estaba reuniendo con su familia
Nicolás era padre, era abuelo a sus 78 años de edad. Recientemente había llegado a Estados Unidos, era originario de Morelos, y después de años lejos de su familia por la pandemia del covid-19 por fin había podido viajar para el reencuentro.
“Cada año venía a visitarnos y a estar aquí con sus hijos, porque tiene ocho hijos, hay unos aquí y otros allá en Morelos”, destaca Kimberly en entrevista.
“Le encantaba hacer tantas cosas, le encantaba dibujar, se la pasaba dibujando todos los días, caminaba todos los días, iba a pescar”, asegura su nieta.
Momentos felices fueron arrebatados
Le arrebataron la vida en instantes, de un momento a otro, las balas lo alcanzaron y también a varios miembros de su familia.
“Ese día no quiso salir él, pero siempre nos gusta sacarlo, más ahorita que estaba aquí", dice Kimberly.
“Estaban todos ahí parados, eran como quince, de nuestros familiares, todos juntos, y de repente escucharon como balacean”, agregó.
Y el miedo se transformó en horror.
“Pensaban que era parte como de la fiesta como del desfile que estaba ocurriendo, y es cuando se dieron cuenta después que le habían tirado a mi abuelito por el estómago, y esa misma bala le pagó al novio de mi prima, de ahí ya cayó y todo, y también le balacearon a mi tío”, rememoró Kimberly.
Y detalló: “se escuchaban los gritos de la gente, los llantos de mucha gente, niños llorando, era algo muy horrible que tuvimos que todos pasar”.
Solicitan ayuda
Y pasaron de la tragedia a la realidad. La familia del señor Nicolás solicitó ayuda públicamente para poder trasladar los restos desde Chicago para traerlos de vuelta a Morelos, ya que aseguran que él siempre quiso descansar en paz en México.
“Queremos hacerle algo muy hermoso aquí, pero yo creo que mi abuelito quería que lo entierremos en Morelos, entonces lo vamos a mandar para allá, a su tierra”, concluyó Kimberly.
