Conforme a datos de la Universidad Johns Hopkins, el primer mes de 2021, registró un promedio superior a 3 mil decesos al día. Los fallecimientos por la contingencia sanitaria en la Unión Americana han superado los 440 mil, de los cuales, el 22 por ciento, es decir más de 95 mil decesos, ocurrieron tan solo en el mes de enero.
Working with @panagis21 of @HopkinsMedicine, a Montana teen has brought critical information about COVID-19 to the Rocky Boy reservation community, including vulnerable elders. pic.twitter.com/ckiHqc30Ks
— Johns Hopkins University (@JohnsHopkins) February 1, 2021
El pasado diciembre fue el segundo mes más mortífero en estados unidos, con más de 77 mil muertes por COVID-19. Mientras que el pasado abril se registraron cerca de 61 mil decesos. Es decir, más de la mitad de los fallecimientos relacionados con la enfermedad altamente contagiosa en Estados Unidos, se produjeron durante esos tres meses.
Desde que el número de decesos alcanzó su máximo, el pasado 8 de enero, el promedio diario de nuevas infecciones en los últimos siete días en el país ha experimentado una disminución continua, pero el número de muertes sigue siendo elevado.
Como consecuencia, cementerios y morgues en todo el país se han visto abrumados por el creciente número de funerales efectuados.
Incluso en el Parque Conmemorativo Rose Hills en California, conocido como el cementerio más grande de América del Norte, las familias deben esperar varios meses para poder efectuar un funeral, debido al aumento de muertes relacionadas con COVID-19.
Patrick Monroe, presidente y director ejecutivo de Rose Hills, señaló que el cementerio ha comprado cámaras frigoríficas para almacenar los cuerpos que esperan por ser enterrados. Sin embargo, esto no es suficiente para aliviar la presión del sistema funerario.
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El personal ahora está aconsejando a las familias que incineren o entierren a sus seres queridos primero y que realicen los funerales más tarde.