La historia de Lilia es el reflejo de una realidad que enfrentan millones de mexicanos. A sus años, la mujer de la tercera edad, lucha diariamente contra varias enfermedades, incluyendo diabetes, presión arterial alta, problemas intestinales y dolores en articulaciones. Su situación se complica aún más por la falta de un seguro médico que le garantice la atención necesaria, una condición común entre la población.
Desabasto y promesas incumplidas: La lucha por atención médica en México
A pesar de acudir a instituciones de salud pública como el IMSS-Bienestar, la señora Lilia no recibe la atención completa que necesita. El suministro de medicinas es insuficiente, obligándola a desembolsar más de tres mil pesos cada mes para comprarlas.
Recientemente, su situación empeoró cuando el centro de salud al que asistía cerró temporalmente, dejándola en la búsqueda desesperada de un nuevo lugar para recibir tratamiento. “No hay ni paracetamol, ni eso le dan”, lamenta Lilia, ilustrando la escasez de incluso los medicamentos más básicos.
Esta problemática personal tiene sus raíces en un problema estructural y económico a nivel nacional. Un informe reciente de la organización México Evalúa revela que el gasto público en salud ha alcanzado su nivel más bajo desde el año 2010.
Recortes presupuestarios afectan gravemente la atención a los más vulnerables
Durante el primer trimestre de 2025, se destinaron 151.7 mil millones de pesos al sector, una cifra que, aunque parezca considerable, se traduce en una inversión de apenas 1,142 pesos por persona, lo que es claramente insuficiente para cubrir las necesidades de salud de la población.
Según Jorge Eduardo Cano, coordinador del programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, la situación es crítica para los más vulnerables. Los institutos que atienden a personas sin seguridad social, como el IMSS-Bienestar, han sufrido un recorte del 18% en sus presupuestos, lo que limita la calidad del servicio.
Recortes presupuestarios afectan gravemente la atención a los más vulnerables
Esta disminución en la inversión ha generado una reacción en cadena que afecta a toda la infraestructura sanitaria. La jefa de servicios de salud de la Universidad La Salle, Jessica González, explica que esta falta de recursos se manifiesta en deficiencias en la atención médica preventiva y los programas de vacunación.
Para Jessica González, la falta de infraestructura hospitalaria, la escasez de personal médico y la tardía llegada de medicamentos a las clínicas crearon un sistema destinado al fracaso. El impacto directo de estas decisiones financieras es una menor capacidad de los hospitales para atender a sus pacientes y un aumento en los gastos para las familias de bajos ingresos.
La señora Lilia, con la frustración de quien vive esta realidad en carne propia, reflexiona sobre el declive de la situación: “Nunca habíamos estado como ahora, la verdad”. Su testimonio subraya un problema que va más allá de un caso individual, afectando a millones de mexicanos que luchan por acceder a un derecho básico: la salud.