Las inundaciones en Texas ya han cobrado la vida de al menos 120 personas, según el último balance preliminar difundido por las autoridades estatales. A seis días del desastre natural, la devastación en el condado Kerr se perfila como una de las peores catástrofes de este tipo en la historia reciente de Estados Unidos (EU).
Tan solo más de 100 víctimas fatales fueron registradas únicamente en ese condado, donde el desbordamiento de un río arrasó con viviendas, vehículos y vidas. A pesar de la magnitud de la emergencia, los residentes aseguran que nunca recibieron una alerta temprana que advirtiera del riesgo inminente.
¿Fallas de comunicación agravaron la catástrofe en Texas?
Uno de los puntos más señalados por los sobrevivientes es la ausencia total de un sistema efectivo de alerta temprana, lo cual, según testimonios, pudo haber evitado una parte significativa de las muertes.
Las limitaciones técnicas de los radios policiales —que no podían comunicarse directamente con los dispositivos de las estaciones del condado— impidieron coordinar eficazmente las labores de rescate durante las primeras horas de la emergencia. Los socorristas llegaron tarde, cuando ya era imposible revertir el daño.
“No hubo ninguna advertencia previa”, declaró David Fry, sobreviviente de la inundación. Su testimonio se suma al de decenas de personas que lamentan que, ante una emergencia de esta escala, la tecnología básica simplemente no funcionó.
Recortes a agencias climáticas bajo la lupa tras inundaciones
Diversas organizaciones han comenzado a cuestionar si las políticas federales implementadas por la administración de Donald Trump contribuyeron indirectamente al desastre. Según ellas, recortes presupuestales al Servicio Meteorológico Nacional y la reducción de personal técnico en agencias climatológicas habrían debilitado la capacidad de respuesta del gobierno ante eventos extremos.
A esto se suma el abandono de sistemas de monitoreo y la falta de inversión en tecnología de predicción, denunciado por varios exfuncionarios y activistas medioambientales.
Sobrevivientes relatan momentos más complicados de las inundaciones en Texas
El dolor no se limita a cifras. Familias enteras han perdido todo: hogares, seres queridos y su sentido de seguridad. Don Gustavo, migrante mexicano, relató cómo el agua irrumpió de forma violenta en su vivienda mientras dormía.
“Se escuchó como un golpe seco, y en segundos ya no había paredes…”, dijo con la voz entrecortada. Como él, muchos otros luchan hoy por reconstruir su vida en medio de una comunidad colapsada por el luto y la incertidumbre.
Texas continúa recuperándose de la tragedia
Los reclamos no se han hecho esperar. Organizaciones de derechos humanos, autoridades locales y ciudadanos exigen una investigación exhaustiva sobre la falta de protocolos, las fallas en comunicación y la ausencia de alertas que, de haber existido, hubieran salvado decenas de vidas.
Mientras tanto, los residentes de Texas continúan recuperando cuerpos, levantando escombros y dejando flores donde antes había casas. El saldo humano y social de esta tragedia es incalculable, pero la indignación sigue creciendo.