Con tantos anuncios en redes prometiendo “fortunas” por monedas de 20 pesos, cualquiera pensaría que traer una de esas en la cartera es como cargar una pepita de oro. Pero no. La mayoría de estas monedas conmemorativas no valen más de lo que dice su numerito grabado. Ni un peso más.
Sí, algunas piezas se han vuelto verdaderos tesoros para coleccionistas. Pero eso no significa que todas las monedas con algún héroe nacional o escudo estatal ya tengan valor numismático. La realidad es que muchas siguen siendo tan comunes como una de 10 pesos recién salida del cajero.
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¿Cuáles monedas de 20 pesos no tienen ningún valor extra?
Las más comunes. Las que circulan todos los días. Las que conmemoran estados, aniversarios o figuras históricas muy conocidas y que fueron acuñadas en grandes cantidades. Ejemplares como los de Veracruz, el Bicentenario o el de Zapata suenan importantes, pero están por todas partes. Literal.
Aunque algunas se vean bonitas o parezcan “rara avis” por no haberlas visto tan seguido, eso no las hace valiosas. Su valor sigue siendo el mismo con el que se compran unas papitas. Muchos vendedores en línea aprovechan el desconocimiento para inflar precios sin sentido… y eso solo genera confusión.
¿Y entonces cuáles piezas sí valen más?
Hay algunas que sí destacan. Por ejemplo, la moneda de la Toma de Zacatecas y la de Belisario Domínguez son buscadas porque se hicieron en tirajes muy limitados. Pero la estrella de esta historia es la de Hidalgo, la que se acuñó en 1993, 1994 y 1995.
Especialmente la de 1995, que, además de ser escasa, tiene plata. Esa sí es codiciada de verdad: se ha llegado a vender hasta en 10 mil pesos, según el especialista Juan Carlos Valladares.
Ahí es donde entra la diferencia entre algo “bonito” y algo realmente coleccionable. Lo raro, lo escaso, lo histórico… eso sí tiene otro precio.
¿Cómo saber si una moneda sí vale la pena?
Primero: no dejarse llevar por lo que dice cualquier publicación en redes. Lo ideal es consultar con alguien que sepa, que tenga experiencia en numismática.
Hay páginas, canales y hasta tiendas físicas que te pueden orientar. Numismática Madero, por ejemplo, ha explicado con detalle qué monedas tienen valor real y cuáles son solo ruido en internet.
La próxima vez que caiga una moneda “especial” en el cambio, vale la pena mirar dos veces… pero también preguntar antes de emocionarse. Porque no todo lo que parece raro vale más, y no todo lo que brilla es coleccionable.