A menudo, lo que no logramos expresar con palabras se revela a través del movimiento de los ojos, los gestos o las microexpresiones. Por ello, expertos y policías han desarrollado un truco muy efectivo: observar cómo se mueve la mirada de una persona para detectar si miente al responder sus preguntas.
Un estudio reciente de la Universidad de Stirling, en Escocia, ha desarrollado una prueba capaz de detectar mentiras observando los movimientos oculares de una persona. Según recuperó BBC News Mundo, la investigación se centra en cómo los individuos reaccionan al reconocer rostros familiares, incluso cuando intentan ocultar su reconocimiento. Este hallazgo sugiere que, a veces, los ojos pueden revelar más de lo que las palabras logran expresar.
La prueba es conocida como ConFace, y utiliza tecnología de seguimiento ocular para analizar cómo los participantes miran imágenes de caras conocidas en una pantalla de computadora.
¿Cómo es la mirada de una persona que miente?
Durante el experimento, los voluntarios eran instruidos a negar que conocían a ciertas personas mientras observaban sus rostros. A pesar de su intento consciente de ocultar esta información, los resultados mostraron que la mayoría no podía evitar mostrar signos de reconocimiento.

Los investigadores identificaron patrones específicos en los movimientos oculares, denominados “marcadores de reconocimiento”, que indican si una persona está reconociendo a alguien, incluso cuando verbalmente lo niega. Curiosamente, estos marcadores se vuelven más evidentes cuanto más se esfuerza la persona en ocultar su conocimiento, lo que demuestra la dificultad de controlar los reflejos involuntarios del ojo ante información familiar.
La tecnología de ConFace tiene aplicaciones potenciales en áreas como la seguridad y la justicia, donde podría ser útil para detectar mentiras en interrogatorios o durante procesos de identificación de personas.
Sin embargo, los especialistas advierten que esta prueba debe aplicarse con precaución y en entornos controlados, ya que una interpretación incorrecta de los movimientos oculares podría generar conclusiones equivocadas sobre la veracidad de las declaraciones.
Asimismo, según la American Psychological Association, la CIA, el FBI y otras autoridades, se fijan en las pupilas de las personas, pues si están dilatadas, podría indicar que hay tensión y concentración; es decir, que está planeando una respuesta.
Otras señales que delatan a una persona que miente
Los ojos no son los únicos indicadores que pueden delatar a una persona cuando miente; existen otros movimientos y comportamientos involuntarios que, en cuestión de minutos, pueden evidenciar un engaño. Estos gestos, aunque sutiles, suelen escapar al control consciente y reflejan el estrés o la incomodidad que genera la mentira.

La psicología forense ha identificado patrones de comportamiento que pueden revelar a alguien incluso cuando intenta ocultar la verdad. La American Psychological Association señala que no existe un indicador infalible que confirme el engaño de manera definitiva; sin embargo, ciertos signos no verbales pueden sugerir que una persona no está siendo completamente sincera.
Quienes mienten pueden modificar el ritmo o el tono de su voz, hablando más rápido, con un tono más agudo o con pausas inusuales. Estos comportamientos reflejan el esfuerzo cognitivo y emocional que implica sostener una mentira, evidenciando una discrepancia entre lo que se dice y lo que se siente.
Además, el lenguaje corporal en su conjunto se convierte en un indicador crucial. Tocar la cara, rascarse la nariz, fruncir los labios o mover los pies con frecuencia son movimientos involuntarios asociados a la ansiedad y la incomodidad.
La APA advierte que la interpretación de estos gestos debe hacerse con cautela, ya que su presencia aislada no confirma un engaño; es la consistencia de varios patrones y su coherencia con la situación, lo que permite obtener conclusiones más fiables.