Dormir es una de las acciones necesarias para la vida. El descanso es vital para el funcionamiento del cuerpo humano y es por eso que ha dado origen a estudios que lo ponen en análisis desde diferentes puntos de vista.
La psicología es una de las ramas de la ciencia que estudia al sueño y por ende se enfoca mucho en cómo duermen las personas. Por tal motivo, aunque sin una afirmación ciento por ciento, se ha podido explicar cómo es la personalidad de quienes duermen con los brazos hacia arriba.
¿Qué dice de nosotros la postura en que dormimos?
Los análisis relacionados con la forma en que dormimos y el sueño posee ciertos puntos en común y otros que muestran lejanía. Sin embargo, la mayoría coincide en que la postura en la que dormimos es un reflejo de cómo nos sentimos emocionalmente y cuáles son algunos de los rasgos más destacados de nuestra personalidad.
En este punto, la psicología lo analiza desde el punto de vista que al dormir el cuerpo ingresa en un momento más alejado de la consciencia por lo que ciertas barreras se rompen. Es decir que el cuerpo puede evidenciar con su postura, o cambios de ella, algunos aspectos de nuestra personalidad, estados emocionales o el nivel de estrés que tenemos.
¿Qué demuestra dormir con los brazos hacia arriba?
Aunque todos los análisis intentan demostrar con argumentos sólidos el significado de las posturas que empleamos al dormir, se debe tener en cuenta que ninguno es concluyente ni se ajusta a todos los casos. Sin embargo, desde el lado de la psicología se han dado algunas afirmaciones en relación a quienes duermen con los brazos hacia arriba.
Según la psicología, quienes duermen con sus brazos extendidos hacia arriba o cruzados a la altura del pecho evidencia tener una personalidad equilibrada. Además, el significado que se le encuentra a esta postura es de confianza y de una necesidad por tener el control. Por lo tanto, dormir con los brazos hacia arriba es interpretado como de personas que son seguras de sí mismas y que tienen un espíritu protector.














