Aunque criar un gato puede resultar desafiante, los especialistas señalan que ciertos hábitos y entrenamientos ayudan a que sea dócil y sociable. Con pautas claras y constancia, tu mascota puede desarrollar un comportamiento armonioso y convertirse en un compañero agradable para la familia.
¿Qué dicen los especialistas sobre la crianza de tu gato?
Aunque pueda parecer una misión imposible, educar a un gato no es un desafío insuperable. Aplicando pequeñas normas desde temprana edad, es posible enseñarle buenos hábitos y evitar que su mala educación se convierta en un problema en el futuro.
1. Socialización temprana:
Desde cachorro, expón al gato a distintas personas, sonidos y espacios de la casa. Esto ayuda a que se acostumbre a nuevas experiencias, reduzca miedos y evite conductas agresivas en el futuro.
2. Rutina consistente:
Los gatos se sienten seguros con horarios claros. Según Pets Best, la alimentación, juegos y momentos de descanso deben seguir cierta regularidad para que tu mascota desarrolle hábitos saludables y previsibles.
3. Espacios adecuados:
Proporciónale rascadores, juguetes y lugares elevados donde pueda trepar y observar su entorno. Estos espacios no solo fomentan su actividad física, sino que también ayudan a reducir el estrés y evitan comportamientos destructivos.

4. Refuerzo positivo:
Premia las buenas conductas con caricias, palabras amables o golosinas. Evita castigos físicos, que solo generan miedo y desconfianza. La recompensa fortalece la relación y motiva al gato a comportarse correctamente.
5. Higiene y salud:
Mantén limpio su arenero y asegúrate de realizar revisiones veterinarias periódicas. Un gato saludable se adapta mejor a las normas y se muestra más equilibrado y receptivo a la educación.
6. Establecer límites claros:
Desde el primer día, enseña lo que está permitido y lo que no. La coherencia es clave: si las reglas son claras y constantes, tu gato aprenderá a respetarlas sin frustración ni estrés.
Si aun así no hace caso, ¿cómo puedes disciplinar a tu gato?
Disciplinar a un gato funciona mejor si entiendes que “disciplina” no es castigo: es guiar su conducta mediante asociaciones claras. Santévet recomienda que cuando veas una conducta indeseada, usa una palabra de parada consistente o un ruido breve para que relacione ese estímulo con lo que debe dejar de hacer.
La clave es la repetición inmediata y la coherencia: el refuerzo debe ser siempre el mismo y aplicado justo cuando ocurre la falta para que el gato entienda la conexión.
Además, elimina las causas del comportamiento antes de castigar: muchos problemas surgen por aburrimiento, estrés o salud.

Ofrece juguetes, sesiones de juego que liberen energía y rascadores, y revisa su dieta y estado médico si aparece agresividad o cambios bruscos. Un gato activo y sano tiene menos probabilidades de desarrollar conductas problemáticas
Si optas por técnicas disuasorias como sprays inofensivos u olores que no le gustan, hazlo de manera inmediata y siempre como respuesta a la conducta, no como venganza.
Si nada funciona, consulta al veterinario para descartar dolor o problemas médicos que estén detrás del mal comportamiento.