Muere Rick Hurst, actor de Los Dukes de Hazzard sorpresivamente: ¿se sabe qué le pasó?

Hay noticias que simplemente no se ven venir. Y esta fue una de ellas. Rick Hurst, el actor que dio vida al inolvidable Cletus Hogg en Los Dukes de Hazzard, murió esta semana a los 79 años.

Su partida no solo tomó por sorpresa a sus colegas, también a quienes lo recuerdan con cariño desde aquellos años en que las series de televisión tenían alma y personajes entrañables.

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Fue su amigo de toda la vida, Ben Jones, quien compartió la noticia a través del museo Cooter’s Place, dedicado a la serie que los unió. Su mensaje fue breve pero emotivo: “No me parece justo que Rick falleciera esta tarde”, escribió. Y es que no solo eran compañeros de set, eran amigos desde hace más de 45 años.

Rick tenía incluso una aparición planeada para el 3 de julio en el museo, donde volvería a reencontrarse con fans de todas las edades. La noticia cayó como un balde de agua fría. Su exesposa, Candace Kaniecki, confirmó que falleció en Los Ángeles y que hasta ahora no se sabe con certeza la causa. Fue algo inesperado. Así, sin avisar.

Para quienes crecieron viendo Los Dukes de Hazzard, Hurst era sinónimo de ternura y risas. Su papel como el torpe pero adorable primo del sheriff Boss Hogg fue parte fundamental del éxito de la serie. Pero su carrera fue mucho más extensa.

Apareció en clásicos como MASH*, The Partridge Family, Sanford and Son y Gunsmoke. También hizo cine, incluyendo películas como El gato del espacio exterior de Disney, e Historia del mundo: Parte I de Mel Brooks. A lo largo de los años, supo mantenerse vigente sin perder su esencia.

Y algo que quienes lo conocieron destacan mucho: nunca dejó de ser un tipo amable, gracioso y muy humano, incluso cuando las cámaras se apagaban.

Ben Jones lo describió como “un comediante espléndido y un colega comprensivo”, y eso se sintió en cada línea de su despedida. En redes, los mensajes de los fans no pararon. Gente que lo vio en convenciones, que creció viéndolo en la tele, que lo recuerda con una sonrisa automática.

Muchos coincidieron en algo: Rick fue parte de una televisión más cálida, menos ruidosa, pero mucho más cercana. Hoy, su partida duele no solo porque fue inesperada, sino porque se va uno de esos rostros que nos hacían sentir en casa.