Ingobernable y desenfrenado, es un joven muy guapo de veintitantos años. Él nunca se ha tomado nada en serio en su vida. Incluso su graduación de la preparatoria fue un milagro. Sarp trabaja como repostero en la pastelería del prestigioso Almacén Luna. A pesar de que él llegó a Luna por razones muy diferentes y siniestras, de alguna manera llegó a gustarle su lugar y su papel en este mundo.
Seductor incorregible, se considera un hombre de muchas mujeres, a pesar de que tiene sentimientos sinceros por Maral, los cuales trata de mantener en secreto, pues teme que si tienen una relación ella terminaría lastimada. O, tal vez, tiene miedo de que Maral no lo podría amar si lo conociera toda la verdad sobre él. Sarp nunca conoció a su padre, una noche, cuando era sólo un niño, él insistió y pidió a su madre que llamara a su padre. En el teléfono, su padre gritó y los amenazó, exigiéndoles que salieran de su vida. Esa experiencia lo transformó para siempre, y juró encontrar a su padre para vengarse.
