El bicarbonato de sodio es un producto versátil y económico que se ha utilizado durante décadas para diversas tareas de higienización. Su capacidad para eliminar manchas, neutralizar olores y desinfectar lo convierte en un aliado indispensable para mantener nuestros espacios limpios y ordenados. En esta ocasión, exploraremos dos usos del bicarbonato de sodio para la limpieza del hogar.
¿Qué es el bicarbonato de sodio y para qué sirve?
El bicarbonato de sodio es un compuesto químico con propiedades alcalinas que lo hacen efectivo para neutralizar ácidos y eliminar olores desagradables. Además, su textura en polvo lo convierte en un agente de limpieza suave pero eficaz que no daña las superficies delicadas. Sumado a lo anterior, se trata de un producto que se puede encontrar fácilmente en supermercados y tiendas a un precio asequible, lo que lo convierte en una opción económica para la limpieza del hogar.
También te puede interesar: Estos son los objetos del hogar que puedes limpiar con agua oxigenada
¿Cómo utilizar el bicarbonato para limpiar la casa?
1. Remover la grasa pegada de la estufa
Uno de los usos más comunes del bicarbonato de sodio en la limpieza del hogar es para eliminar la grasa pegada de la estufa. Para ello, simplemente mezcla este polvo blanco con un poco de agua para formar una pasta espesa y aplícala sobre las áreas con sebo.
Deja actuar la pasta durante unos minutos y luego frota con una esponja. El bicarbonato de sodio actuará como un abrasivo suave que ayudará a aflojar la grasa sin dañar la superficie de la estufa. Una vez que hayas eliminado la suciedad, enjuaga con agua limpia y seca con un paño.
2. Eliminar el sarro del baño
Otro uso efectivo del bicarbonato de sodio en la limpieza del hogar es para eliminar el sarro del baño. El sarro es una acumulación de minerales que se forma en las superficies debido al agua dura y puede ser difícil de eliminar con productos de limpieza convencionales. Para combatir este tipo de suciedad, mezcla bicarbonato de sodio con vinagre blanco en partes iguales para formar una pasta espumosa.
Aplica la pasta sobre las áreas con sarro, como los azulejos, la bañera o el lavabo, y deja actuar durante unos minutos. Luego, frota con un cepillo y enjuaga con agua limpia. El bicarbonato de sodio y el vinagre trabajarán juntos para disolver el sarro y dejar tus superficies brillantes y limpias.
