Pocos conductores dejan una huella en la televisión; sin embargo, Antonio Rosique se metió en el corazón de todo México, debido a su pasión y habilidad para narrar cada capítulo de Exatlón.
El presentador, de 45 años, se sinceró para las cámaras de En Sus Batallas y contó cómo le propusieron integrarse al equipo de Exatlón:
Me citan a la oficina y me dicen ‘oye, va a haber un reality show de deportes, no tenemos muchos detalles, pero ya lo compramos’. Acepté sin mucha información y quería aprovechar para romper la rutina
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El mexicano quería alejarse de la rutina y encontrar un nuevo rumbo en las playas de República Dominicana, pero jamás imaginó los retos que enfrentaría a su llegada:
Cuando llego, era trabajar siete días, no descansábamos nunca, la primera temporada fue brutal, era trabajar ocho horas diarias en el sol y no fueron nueve semanas, fueron 21 porque el show tuvo mucho éxito
Antonio confesó que se acercó mucho a la meditación, a la biblia, a los libros de superación personal e incluso, habló con un terapeuta que lo ayudó en los momentos más complicados.
Rosique expresó que fue difícil adaptarse a un reto tan grande como lo demanda Exatlón; sin embargo, encontró un nuevo estilo y propósito en las playas más demandantes de la televisión:
Fue una lucha por adaptarme a una nueva clase de oficio y a una nueva clase de actividad profesional
No es fácil irte 6 meses de tu casa, trabajar 8 horas en el calor, te llueve y a veces la voz no te da. El Exatlón es un reto físico, pero también es un reto mental
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