Desde que El Diablo Viste a la Moda se convirtió en una película de culto, el personaje de Miranda Priestly dejó una huella imposible de borrar. Fría, perfeccionista, implacable… y con una mirada que puede congelar a cualquiera. Pero ¿qué tanto de Miranda refleja a la verdadera Anna Wintour, la editora en jefe de Vogue? La respuesta está llena de matices, anécdotas y muchas gafas oscuras.
¿Qué cosas de El Diablo Viste a la Moda sí pasan en la vida de Anna Wintour?
La cinta está basada en la novela de Lauren Weisberger, quien fue asistente de Wintour en la vida real. Y aunque el guion no se declaró oficialmente biográfico, hay varias escenas que coinciden demasiado con la realidad.
Por ejemplo, se sabe que Anna rara vez saluda, da indicaciones secas y odia repetir instrucciones. También existe la famosa política de no hacer contacto visual con ella en el ascensor, y que nunca se le debe entregar algo “a mano” —todo debe ir perfectamente colocado en su escritorio.
En los desfiles de moda, se sienta en primera fila como una esfinge, y su sola presencia genera tensión entre diseñadores, modelos y fotógrafos.
¿Qué tan estricta y temida es Anna Wintour en la industria de la moda?
La palabra “temida” aparece constantemente en artículos sobre su liderazgo. Su estilo de trabajo es meticuloso y directo. No grita, no hace escándalos; impone con silencio. Varios excolaboradores han contado que su precisión roza lo imposible: se da cuenta si un folder está mal alineado o si hay un typo en un email.
Pero también hay quienes defienden su ética de trabajo: dicen que es justa, que exige porque quiere excelencia y que siempre tiene la última palabra. En la industria, nadie se toma una decisión importante sin considerar qué opina Anna.
¿Qué detalles desmienten la idea de que es una “diabla”?
Aunque ha construido una imagen impenetrable, en entrevistas más recientes se ha mostrado menos rígida. Participó en videos divertidos con celebridades, fue parte de la Met Gala con un enfoque más accesible y hasta ha hablado sobre maternidad y cambios en Vogue.
Según reveló ella misma en distintas entrevistas a medios internacionales, también apoya causas sociales y ha impulsado la carrera de muchas diseñadoras y editoras jóvenes. Así que sí, hay algo de Miranda en Anna, pero también hay una mujer con visión, disciplina y un sentido del humor que casi nadie ve… porque ella decide cuándo mostrarlo.