En distintos estados de México, millones de personas practican el futbol, una actividad que se ha convertido en herramienta contra síntomas emocionales comunes como la depresión y ansiedad. Su impacto ha sido evaluado en investigaciones clínicas, destacando su capacidad para reducir señales vinculadas a desequilibrios mentales. Aun sin estructura profesional, este deporte estimula tanto el cuerpo como la mente. Más allá de la condición física, los beneficios en el bienestar emocional están directamente relacionados con el movimiento constante , el entorno social y la motivación grupal.
¿Qué beneficios tiene el futbol para la salud mental?
Según explicó Mayo Clinic, el futbol, además de ser una tradición cultural, implica esfuerzo físico, interacción con otras personas y metas colectivas . Cada uno de estos componentes impacta en quienes experimentan síntomas de depresión o ansiedad. Participar en este deporte estimula la producción de endorfinas, sustancias ligadas a sensaciones de bienestar. Durante los entrenamientos o partidos, se realizan desplazamientos, decisiones rápidas y coordinación grupal, lo cual interrumpe ciclos de pensamiento negativos.
El ambiente compartido en este juego fortalece vínculos sociales y contribuye a estados emocionales más estables. La repetición semanal de esta práctica ha mostrado resultados similares a programas de entrenamiento estructurados. Incluso quienes lo juegan de manera informal en espacios abiertos logran mejoras emocionales notables y reducciones en el nivel de estrés.

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¿Cuántas veces por semana se necesita jugar para obtener resultados contra la ansiedad y depresión?
Según recomendaciones médicas, se requieren entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada por semana. Un solo partido de futbol completo cumple con esa exigencia. Participar en dos encuentros semanales puede ofrecer efectos positivos sostenidos si se mantiene el hábito en el tiempo.
No es necesario competir profesionalmente. Las sesiones organizadas en colonias, canchas públicas o espacios escolares también generan impactos beneficiosos. Esta actividad promueve rutinas más saludables y quienes la adoptan de forma constante experimentan una reducción en síntomas como insomnio, apatía o tensión.