Las celebraciones deportivas suelen incluir bebidas alcohólicas, ya sea tras una victoria épica o al cierre de una temporada. La escena es conocida: jugadores levantando copas o botellas mientras los vestidores se llenan de cánticos y euforia. Sin embargo, el consumo de alcohol y su relación con el rendimiento físico y la recuperación sigue siendo un tema de análisis, así como la ingesta de creatina o proteína . A nivel celular, metabólico y cognitivo, los efectos del vino serían menos perjudiciales que la cerveza, aunque en general difieren notablemente cuando se evalúan bajo criterios deportivos.
¿Cómo afecta el consumo de vino al rendimiento físico?
Según explicó el sitio especializado Science For Sport, el vino tinto ha sido analizado por su contenido en polifenoles, entre ellos la quercetina, presente en la piel de las uvas. Este compuesto ha demostrado beneficios a nivel mitocondrial, al mejorar el flujo sanguíneo, reducir procesos inflamatorios y favorecer la función inmunológica . Por lo tanto, en dosis pequeñas, podría representar un aliado potencial para el metabolismo celular.
A pesar de estos aportes, la presencia de alcohol en su composición también genera efectos adversos. En pruebas de resistencia, se ha registrado una disminución en la capacidad aeróbica y alteraciones en la termorregulación. Las capacidades cognitivas también se ven comprometidas, afectando el tiempo de reacción, la coordinación y el juicio bajo presión. En competencias de alto nivel, como los Juegos Olímpicos o torneos internacionales, la ingesta de alcohol suele evitarse debido a su interferencia con la síntesis proteica, hidratación y recuperación muscular.

Te puede interesar
- Ibuprofeno o paracetamol: ¿cuál es mejor para los dolores por hacer deporte?
- ¿Por qué se me baja la presión arterial cuando hago ejercicio? Te decimos si es normal o no
- ¿Quién es el mejor boxeador mexicano actual? La IA eligió este nombre
¿Qué efectos tiene la cerveza en atletas tras un partido?
Por su parte, la cerveza, aunque común en celebraciones post-partido, contiene una proporción de alcohol que también incide negativamente en la recuperación. Su aporte calórico es significativo (7 kcal por gramo de alcohol), pero este tipo de energía no resulta eficaz en esfuerzos intensos, donde los carbohidratos continúan siendo la fuente preferida por el cuerpo.
En deportes de contacto o de alta exigencia como el rugby o el futbol, algunos jugadores han normalizado el consumo moderado tras el silbatazo final. No obstante, estudios científicos han documentado que esta práctica puede ralentizar los procesos de regeneración muscular y dificultar la absorción de nutrientes esenciales para la recuperación completa. La cerveza, al igual que el vino, si se consume en exceso, contribuye a la deshidratación y al deterioro del rendimiento en sesiones futuras de entrenamiento o competencia.