Un tribunal de Kenia dictó una sentencia sin precedentes contra el tráfico ilegal de vida silvestre al condenar a cuatro hombres por intentar sacar del país miles de hormigas vivas sin permisos legales. Se trata de dos ciudadanos belgas, un vietnamita y un keniano, quienes fueron capturados en el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta con aproximadamente 5.000 ejemplares de la especie Messor cephalotes, conocidas comúnmente como hormigas de jardín.
El valor estimado de estos insectos en el mercado negro superaba los 1,2 millones de chelines kenianos, lo que equivale a más de 6.800 euros o 7.700 dólares estadounidenses. La jueza Njeri Thuku, encargada del caso, impuso una multa individual de 1 millón de chelines (alrededor de 7.700 USD), o una pena alternativa de 12 meses de prisión en caso de no pagarla.
Kenia se compromete a proteger hasta las especies pequeñas
Durante la audiencia celebrada en el tribunal del aeropuerto, la magistrada subrayó la gravedad de los delitos contra la fauna salvaje, recalcando que “ninguna especie es demasiado pequeña para proteger”. Citando el himno nacional de Kenia, Thuku recordó que los ciudadanos deben estar comprometidos con la protección de los recursos naturales del país:
“Nuestra nación, Kenia, estemos dispuestos a defenderla”, expresó, en referencia directa a la importancia de preservar tanto a los elefantes como a las hormigas en el equilibrio ecológico.
𝐅𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐄𝐍𝐓𝐄𝐍𝐂𝐄𝐃 𝐈𝐍 𝐋𝐀𝐍𝐃𝐌𝐀𝐑𝐊 𝐂𝐀𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐈𝐋𝐋𝐄𝐆𝐀𝐋 𝐓𝐑𝐀𝐅𝐅𝐈𝐂𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐋𝐈𝐕𝐄 𝐆𝐀𝐑𝐃𝐄𝐍 𝐀𝐍𝐓𝐒 pic.twitter.com/rMiv3TFjB8
— Kenya Wildlife Service (@KWSKenya) May 7, 2025
Los cuatro acusados, identificados como David Lornoy y Seppe Lodewijckx (de nacionalidad belga), Duh Hung (ciudadano vietnamita) y Dennis Ng’ang’a (keniano), se declararon culpables de posesión y comercio ilegal de vida silvestre ante las autoridades.
Kenia refuerza su lucha contra el tráfico ilegal de especies
El caso marca un hito en la legislación ambiental de Kenia y reafirma el compromiso del país africano con la protección de su biodiversidad. La Kenya Wildlife Service (KWS) destacó que este tipo de acciones fortalecen los esfuerzos internacionales para detener redes de contrabando, sin importar el tipo de especie involucrada.
Desde hace años, el país ha invertido en tecnología de vigilancia y monitoreo fronterizo, así como en colaboraciones internacionales que permitan frenar el flujo ilegal de animales silvestres, desde especies icónicas hasta pequeños insectos clave para el ecosistema, como las hormigas exóticas.