La libertad de expresión en Campeche enfrenta una nueva embestida, luego de que la Fiscalía General del Estado pidiera a la empresa “Telemar” información de periodistas que realicen notas críticas hacia la gobernadora Layda Sansores.
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Según fuentes de la propia empresa, el requerimiento fiscal busca identificar al personal responsable de las publicaciones periodísticas que cuestionan la gestión de Sansores.
En estas se incluyen al periodista Jorge Luis González Valdéz, quien ya enfrenta demandas por mantener una postura crítica frente al gobierno estatal.
“Y aquí lo lamentable como tiene el control de los poderes; los tres poderes, el legislativo, judicial y el ejecutivo, pues esto la lleva a que cometa atrocidades violatorias de la constitución y de otras normatividades. Incluso, se ha insistido de convenios internacionales...no cesa esa persecución, ese agobio, ese lastimar a los periodistas campechanos”, explicó Jorge González, exdirector del diario Tribuna.
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El periodista aseguró además que la estrategia de censura no es un hecho aislado, sino un experimento político a nivel nacional:
“Es un experimento a nivel nacional del morenismo para intentar la aplicación en otras entidades del país, que ya lo venimos viendo y que se ha logrado atacar”
“Telemar”, portal digital local, se ha convertido en el blanco de estas acciones, que expertos consideran un intento de frenar la crítica legítima y de controlar el flujo de información sobre la administración estatal.
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No solo es la lucha contra la violencia, sino también contra la censura
A pesar del requerimiento y la presión legal, González asegura que continuará publicando su columna Expediente, manteniendo su compromiso con la información crítica.
Analistas y organizaciones defensoras de derechos humanos consideran que la acción de la Fiscalía y la presión sobre los periodistas locales representan un precedente preocupante sobre cómo los gobiernos intentan silenciar voces críticas.
Porque bien dicen, la verdad puede resultar incómoda, pero los gobernantes siempre deben estar sometidos al rigor de la crítica, ya que por algo fueron elegidos por el pueblo.