¡México necesita libertad de investigación para avanzar! Ciencia: Receta para ser potencia mundial

México necesita libertad de investigación, espacios para creatividad y competencia de ideas para avanzar e innovar. Ciencia: Receta para ser potencia mundial.

Por: Juan Pablo Delgado

A ver, raza... ¿O de plano no entendemos o de plano nos queremos hacer gueyes? Porque resulta verdaderamente sorprendente que ya sabiendo lo que tenemos que hacer para ser en un país avanzado y próspero (potencia mundial), nuestros diputados parecen estar haciendo todo lo contrario.

A ver... ¿Qué creen ustedes que define a cualquier país que es una potencia mundial? ¡Pues obvio! Son países que le han metido un friego de lana a cuestiones de investigación, de innovación y de creación de ciencia y tecnología.

¿Quieren ir a las cifras? ¡Vamos a las méndigas cifras! En el año 2019, los gringos invirtieron 476 mil millones de dólares en el sector de investigación y desarrollo, algo que representa más del 25% de la inversión de TODO el mundo.

Los chinos vienen en segundo lugar con 370 mil millones o el 20% del total. ¡Perrón! Y de ahí la lista sigue con países que no sorprenden: Japón, Alemania, Corea del Sur, Francia, Reino Unido, etcétera. Puro país fregón, pues.

¿Y México? ¡Nambre! Aquí literalmente somos peso pluma. Porque aunque podemos presumir que somos la decimoquinta economía a nivel mundial, somos unos taqueros al momento de invertir en innovación: apenas le metimos unos míseros 11 mil milloncitos de dólares. ¡No somos nada!

Pero lo peor ni siquiera es esto. Lo peor es que en vez de tomar decisiones para remediar esta miserable situación, parece que vamos en sentido contrario.

Hace unas semanas, el Congreso aprobó una ley que elimina al Conacyt -el organismo encargado de guiar a la investigación en México- para crear un nuevo consejo que -fíjese nomás- elimina la participación de cualquier actor de la sociedad civil en la estrategia nacional de ciencia: o sea… ni voz ni voto a los académicos, científicos, universidades, laboratorios, empresas o cualquier otra organización que usted guste y mande.


Esto quiere decir que a partir de ahora será el gobierno -y sólo el gobierno- quién va a decidir qué investigaciones se hacen y cuáles no se hacen. A quién se le entrega lana y a quién lo dejan chiflando. Idéntico a los países comunistas.

¡Ni madres raza! ¡Yo no quiero un México así! Porque ya todos sabemos que los países que lideran al mundo son donde hay libertad de investigación. Lugares donde se permite la creatividad y la competencia de ideas para avanzar e innovar.

Ningún burócrata ha logrado absolutamente nada innovador en la ciencia. Nomás vean cómo nos fue con la todavía inexistente vacuna Patria, que no sale después de tres años, cuando a un laboratorio gringo privado le tomó apenas 9 meses.

Es que en serio, si queremos ser potencia mundial, como dicen los compadres de Molotov, sólo hay un camino: que el gobierno y los burócratas saquen sus cochinas manos de la Ciencia. ¡Date cuenta, compadre!

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