Managua, Nicaragua.- Miles de nicaragüenses tomaron las calles de Managua para apoyar a los obispos del país centroamericano a quienes el presidente Daniel Ortega ha acusado de ayudar en un intento de “golpe” en su contra.
Los manifestantes marcharon con banderas nicaragüenses mientras cantaban “Vete al bastardo bastardo (Ortega)", en otro espectáculo de oposición a Ortega.
Casi 300 personas murieron en semanas de enfrentamientos en una represión a las protestas del gobierno del presidente Daniel Ortega. Ortega tomó el poder por primera vez en 1979 cuando los rebeldes sandinistas derrocaron a la dictadura de Somoza. Regresó a la oficina en 2007.

Decenas de miles de personas salieron a las calles en abril por una nueva ley que elevó las contribuciones a la seguridad social de los trabajadores y empleadores. Ortega eliminó los recortes, pero la represión violenta de la disidencia provocó protestas más amplias.
Este mes, pistoleros vestidos de civil dispararon armas automáticas para despejar a manifestantes estudiantiles de una iglesia y universidad en el suburbio de Masaya. Al menos dos estudiantes murieron en la iglesia, lo que desencadenó una protesta internacional, incluso desde el Departamento de Estado de EE. UU. Y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Ortega ha acusado a los obispos del país, que han estado tratando de encontrar una solución pacífica mediando las conversaciones entre el gobierno y la oposición, de ayudar a quienes lo desafían, a quienes ha llamado “golpistas” y “terroristas”.

Hace más de una semana, la Asamblea Nacional, controlada por los sandinistas, aprobó una ley que faculta al estado para enviar a prisión a cualquier persona culpable de financiar el “terrorismo” durante 15 o 20 años.
Los grupos de la sociedad civil y las Naciones Unidas han criticado la ley por criminalizar las protestas pacíficas y temen que pueda engrosar las filas de los presos políticos en Nicaragua. A pesar de la ley, la Iglesia Católica Romana está albergando a muchos manifestantes que huyen de las fuerzas de seguridad pro-Ortega. Ortega enfrenta el mayor desafío para su liderazgo desde que regresó al poder en 2007. Hasta ahora se ha resistido a las demandas de renunciar y celebrar elecciones anticipadas