¡Roban sin piedad! La historia de la señora Marisela González refleja un doble tragedia, un dolor profundo y, al mismo tiempo, la crudeza de la inseguridad en León, Guanajuato. El pasado lunes, mientras lloraba la muerte de su hijo, de apenas unos años de edad, también tuvo que enfrentar en horas posteriores el robo de sus pertenencias dentro de su domicilio: ladrones ingresaron a su casa justo cuando sepultaba a su pequeño.
Ladrones no respetan duelo y roban durante entierro
Marisela recuerda con claridad el último día que vio a su hijo con vida. “Yo el día lunes voy, dejo a mi hijo en la escuela, veo que entra y regreso a casa. En cuanto regreso a casa me hacen un llamado de que me presenten al centro de salud porque mi hijo no podía respirar. Llego y pienso lo peor”, relató con la voz entrecortada.
Minutos después le confirmaron lo que nunca habría querido escuchar: Mario había fallecido por un atragantamiento.
La tragedia no terminó ahí. Apenas unas horas más tarde, mientras daba el último adiós a su hijo en el panteón, recibió otra devastadora noticia: su casa había sido saqueada.
“Estaba en Campo Santo entregando a mi hijo por última vez para despedirme, me hacen un llamado de que habían entrado a mi casa. Hice lo más imposible para llegar lo más pronto a mi domicilio, porque yo pensaba que se iban a llevar mi tesoro, las cosas de mi niño”, narró entre lágrimas.
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#HechosPrimeraLínea | Mientras estaban sepultando al pequeño Mario. Ladrones ingresaron a su casa y robaron lo que vieron a su paso. No conforme con el trago amargo de la muerte de su hijo, la mamá de Mario tuvo que lidiar con el robo de su casa.
— TV Azteca Bajío (@aztecaBajio) September 15, 2025
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Los ladrones no solo se llevaron pertenencias materiales, sino también objetos que representaban los recuerdos más valiosos de Mario. “Más que nada, eso era lo que iba a quedar para mí por el robo de las pertenencias”, lamentó.
Hoy, Marisela enfrenta un camino lleno de dolor, pero asegura que no se rendirá. Su prioridad es recuperar fuerzas, reconstruir lo que el crimen y la tragedia le arrebataron y exigir justicia para que su caso no quede en el silencio. “Busco recuperar mi patrimonio y salir adelante”, expresó con dignidad.
La historia de Mario y su madre se convierte en un reflejo de la vulnerabilidad ciudadana: perder a un hijo y, al mismo tiempo, ser víctima de la delincuencia en un país donde el duelo ni siquiera puede vivirse en paz.