Las vacaciones están aquí y muchos esperaban con ansias el pisar la arena suave y sentir la brisa marina en su rostro. Pero, ¿sabías que no todas las arenas son iguales?, y la UNAM tiene la respuesta. Te explicamos.
Detrás de la variedad de colores que encontramos en las playas se esconde una historia fascinante que nos habla del origen y la composición de cada lugar. Cada playa tiene un color y textura únicos, que no solo son un deleite para la vista, sino que también nos narran historias del pasado.
🏖️¿Te habías preguntado porqué las arenas tienen distintos colores?
— Divulgación de la Ciencia, UNAM (@DGDCUNAM) March 29, 2024
Hoy, junto con el @ICMLUNAM, te contamos la respuesta.😉
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Olvídate de la idea de que la arena es solo arena. En realidad, es una fascinante mezcla de rocas, corales y conchas que se han erosionado durante millones de años. Su color y textura dependen de los minerales que predominan en ella, convirtiéndola en un caleidoscopio natural que nos revela secretos del origen y la historia de cada playa.
Arena blanca: un lienzo de carbonato de calcio:
Las playas de arena blanca, como las del Caribe o Cancún, son las más comunes en el mundo. Su color se debe a la abundancia de carbonato de calcio, proveniente de conchas, corales y otros organismos marinos. Estos organismos, al morir, se fragmentan y se mezclan con la arena, creando un paisaje paradisíaco de tonos claros.
Arena café claro: la paleta de minerales:
La arena café claro, presente en la mayoría de las playas, es como una paleta de minerales. Su color se debe a la presencia de cuarzo, feldespatos, micas y fragmentos de diversas rocas. Estos minerales, erosionados por el viento y el agua, dan a la arena una textura más áspera y un tono que varía desde el beige hasta el marrón claro.
Arena negra: la magia volcánica:
Las playas de arena negra, como las de Hawái o Islandia, son un espectáculo único. Su color se debe a la presencia de material volcánico, como rocas basálticas y minerales oscuros como la magnetita. La erosión de la lava volcánica y la acción del mar dan lugar a esta arena fina y brillante, que contrasta con el azul intenso del océano.
La arena no solo nos habla del origen de la playa, sino también del tamaño de las partículas, la presencia de organismos microscópicos y la composición química del agua. La arena fina, por ejemplo, se forma por la pulverización de conchas y algas, mientras que la arena gruesa se compone de fragmentos de rocas más grandes.
Cada grano de arena es un pequeño fragmento del pasado. Al observar la arena de una playa, podemos imaginar las erupciones volcánicas, la erosión de las rocas, la vida de los corales y la historia de las olas que la han moldeado durante millones de años. ¿Y tú, qué color de arena te invita a soñar?
