Las quemaduras, lesiones en la piel que resultan de la exposición a calor, electricidad, radiación o químicos, pueden tener consecuencias graves, incluyendo daño celular, que a veces requiere hospitalización e incluso puede ser fatal. Su clasificación se basa en la profundidad y extensión del daño, dividiéndose en tres grados principales.
Las quemaduras se clasifican en tres grados según la profundidad del daño a la piel
QUEMADURAS DE PRIMER GRADO
Las quemaduras de primer grado son las menos severas, afectando únicamente la capa más superficial de la piel. Estas se caracterizan por enrojecimiento, inflamación y dolor.
QUEMADURAS DE SEGUNDO GRADO
Las quemaduras de segundo grado penetran más profundamente, afectando la capa externa y la subyacente de la piel. Además de los síntomas de una quemadura de primer grado, estas también provocan la formación de ampollas.
QUEMADURAS DE TERCER GRADO
Las quemaduras de tercer grado, las más graves, causan daño a las capas profundas de la piel, y a menudo la zona afectada se presenta de color blanco, oscuro o incluso carbonizado. A diferencia de las quemaduras de primer y segundo grado, el área puede estar insensible al dolor debido al daño nervioso.
¿Cómo se tratan las quemaduras según su grado?
Para fines de tratamiento, las quemaduras se agrupan en dos categorías principales: menores y mayores. Las quemaduras menores incluyen las de primer grado y las de segundo grado, que miden menos de 5 a 7 centímetros de ancho.
Las quemaduras mayores, por otro lado, abarcan todas las quemaduras de tercer grado, las de segundo grado de gran extensión y las que se localizan en áreas críticas como las manos, los pies, la cara o los genitales.
Causas y síntomas en quemaduras
Las quemaduras son el resultado de diversos incidentes, siendo el contacto con fuego o líquidos calientes los más comunes. Otros orígenes frecuentes incluyen el contacto con objetos calientes, descargas eléctricas y químicos.
Estas lesiones pueden ser el resultado de accidentes domésticos, industriales o de tránsito. Adicionalmente, la inhalación de humo, vapor o gases tóxicos en espacios cerrados puede provocar quemaduras internas en las vías respiratorias, manifestándose con síntomas como tos, dificultad para respirar o cambios en la voz.
Los síntomas visibles pueden variar, pero comúnmente incluyen la aparición de ampollas, dolor de intensidad variable, piel que se desprende e hinchazón. Es importante destacar que el nivel de dolor no siempre refleja la gravedad de la quemadura, ya que las más profundas pueden ser indoloras.
El tratamiento varía entre quemaduras menores y mayores
Ante una quemadura menor, es fundamental enfriar la zona afectada con agua fría (no helada) durante al menos cinco minutos y luego cubrirla con un vendaje estéril y seco. El dolor puede aliviarse con analgésicos de venta libre como el ibuprofeno.
Las quemaduras mayores requieren atención médica inmediata. Si una persona se prende fuego, debe detenerse, tirarse al suelo y rodar, para luego ser cubierta con una manta gruesa. Es vital llamar a los servicios de emergencia y no retirar la ropa adherida a la piel. Además, se deben tomar medidas para prevenir el estado de shock, como recostar a la persona y elevar sus pies, mientras se espera la ayuda profesional.
Se debe evitar el uso de remedios caseros como mantequilla o aceites. Tampoco se debe aplicar hielo directamente, ya que puede causar shock. Las quemaduras en personas de edad avanzada o en niños pequeños son particularmente graves debido a la fragilidad de su piel, y cualquier indicio de infección o deshidratación requiere una consulta médica inmediata.